VIGÉSIMO PRIMERO

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Jungkook ni se molestó en revisar si los baños estaban vacíos. Entró como si fuera su casa, se adueñó de un cubículo después de empujar a Tae dentro, encerrándose juntos.

—Jungkook, ¿estás loco?— Susurró asustado, mirando hacia todos lados como si fueran a ser descubiertos por alguien.

Jungkook sonrió antes de besarle los labios. Abrazó sus belfos con ternura, adueñándose de sus mejillas, jugando con los rizos rojizos que se le formaban detrás de las orejas. Trataba por todos los medios de relajar a Taehyung con sus besos pero no cooperaba en lo absoluto.

—Bebé, relájate.— Las manos del azabache trazaron las formas de su torso que, aun encima de la ropa, lo sentía. Tan bien formado y lleno de curvas.— Tienes que disfrutarlo también.

Los besos ahora se deslizaban por su rostro, viajando por su cuello. Dejando húmedas estelas que hacían estremecer al mayor.

—Esto no está bien, ¿haces esto todo el tiempo o qué?— Jungkook no respondió, fingiendo estar muy ocupado en el lóbulo de su oreja.— ¡Tú...! Claro, no me extraña: por supuesto que esta NO es tu primera vez besándote en un baño.

Jungkook lo besó de nuevo, sintiéndolo ceder un poco entre sus brazos.

Eres mi primera vez.

—¡Con un hombre de seguro!

Ahora sí, Jeon no encontró fallas en su lógica.

Con un suspiro cansado, volvió a tentar sus labios, en un beso más fogoso y desesperado, como usualmente le gustaban a su novio. Mordió, maltrató y jaló tanto cuanto pudo, haciendo bailar sus lenguas después sin pudor alguno.

Sintió como Taehyung se iba relajando poco a poco entre sus brazos; en como notaba esa urgencia "de más" saliendo de su cuerpo, presentándose en los sutiles roces que daba contra su intimidad. Se abrió paso entre sus piernas, colocando una de las suyas en medio, permitiéndole friccionar aún más su zona sensible.

—Veo que es un fetiche tuyo esto de rozarnos con las ropas—, le susurró en el oído, lamiendo después la zona.

Taehyung le tomó con fuerza de los cabellos en su nuca, mirándole fijamente a los ojos. Fuertes, demandantes e inundados de pasión.

—Solo cállate y no pares.

Jungkook se estremeció. Ese escalofrío realizó un lento recorrido por todas y cada una de sus vértebras. Y, siguiendo sus deseos, lo besó. Dándole más de lo que pedía.

Sus traviesas manos bajaron a su espalda, sacando la camisa fajada en su apretado pantalón. No se molestó en desabrochar el botón de los mismos cuando introdujo sus manos en la prenda, amoldando sus falanges a las bellas posaderas de su amante.

—Ah, mi amor, ¿cómo crees que voy a parar cuando me recibes con esto?— Sus dedos se deslizaron por el hilillo de la tanga que había descubierto el mayor llevaba. Joder, si es que su chico no dejaba de sorprenderlo nunca: ¿desde cuando era tan sensual y provocativo que un hombre llevara prendas usuales en las mujeres?

—A-aguarda... No juegues con ella...— Ahora las manos del mayor se unieron al juego, intentando inútilmente detenerlo.

—Mi vida, no puedes pedirme que me detenga.— Levantó su rostro desde su barbilla, besándole la nariz.— Traes una tanga, hyung... Estoy más ansioso que nunca.

—Son pantalones ajustados, ¿cómo iba a usar un horrible bóxer?

El rojo del rostro de Taehyung se expandía hasta su nuca. Tanto que se perdía con las tonalidades de su cabello. Estaba tan avergonzado y excitado. Quizá más avergonzado; o tal vez una mezcla rara de ambas. No lo sabía. Jungkook se había dado la tarea de descubrir sus gustos exóticos; todos en ocasiones meramente importunas: ¿cómo iban a sentarse a hablar en un baño público sobre lo mucho gustaban las prendas de encaje, los sostenes, las tangas, la lencería? Ahora los nervios lo estaban haciendo divagar.

Inhaló aire, acercándose más a su amado. Amoldando sus manos a su redondo rostro, dispuesto a besarlo con más tranquilidad. Porque sino, al paso que van, lo iban a hacer en el baño y aun no estaba listo para ello... Al menos para hacerlo en lugares públicos.

Abrazó con dulzura su labio superior, succionando levemente. Una, dos, tres veces... Pasando sus largos brazos por detrás de su cuello, dejando solo una de sus manos en su rostro. Se miraron nuevamente, deseándose, amándose en silencio solo en un juego de miradas.

Las manos de Jungkook dejaron aquella exótica prenda, ciñéndose a la fina cintura de su amante. Acariciando de aquí para allá con los pulgares. Caricias que apenas eran perceptibles, que se sentían como suaves cosquillas.

—Que conejito tan desesperado.— Su pulgar rozó su mejilla con ternura, regalándole un tierno beso en la mejilla; y otro en la frente; y otro más en la nariz.—Tan lindo, mi Jungkookie.

La excitación bajó del cuerpo de Jungkook para ser suplantada por ese cálido sentimiento que siempre se asentaba en su pecho cuando estaba con Taehyung. Se dejó hacer por las dulces caricias de su novio, inflándole cada vez más su pecho.

—¿Estuve genial, verdad?

Taehyung sonrió, achinando sus ojos, mostrando sus dientes en esa bella sonrisa cuadrada que le iluminaba el rostro.

—Sí, mi bebé. Estuviste genial.

Ahora fue el turno de Jungkook de sonreír, dejando ver sus pequeños incisivos que le hacían parecer un conejito.

—¡JEON JUNGKOOK!— La puerta del cubículo fue abierta inesperadamente, sorprendiéndolos a ambos. Fue hasta ese momento en el que se dieron cuenta que nunca habían cerrado la puerta.— ¡Se puede saber qué demonios les pasa!

A Jungkook le importó poco los gritos de un enojado Jimin que los miraba como queriendo darles unas bofetadas a ambos.

Jiminssi, me vas a decir que nunca te has besado en los baños.

—¡Por supuesto que no!— Pareció pensarlo unos segundos antes de seguir.— Bueno, el que lo haya hecho no es el punto, ustedes d-.

—Park Jimin, ¿te has besado en los baños de la universidad?

—Ese no es el punto.— Los sacó a ambos del cubículo, negando con la cabeza al ver las ropas desacomodadas de Taehyung.— ¿Qué no saben que son la sensación de la universidad en este momento? Creo que ni siquiera saben cuánta gente andaba hablando de ustedes cuando los vieron correr hacia acá, ¿o sí?

El pelirrojo miraba al suelo avergonzado y el azabache retaba al rubio con la mirada, importándole poco que el otro quisiera matarlo.

—¿Cómo te enteraste?

—Mis amigos llevan haciéndoles guardia como treinta minutos, van a tener que agradecerles muchísimo.

Taehyung se dio una palmada la frente, con fuerza. Jungkook parecía tan contento, poco le importaba de verdad que todo mundo los hubiera visto. Eran novios a fin de cuentas, estaban enamorados y eran felices. No iba a disculparse con los demás por sus muestras de afecto.

—Tae, por favor arréglate la ropa...— Jimin giró su cabeza a Jungkook, sosteniendo el puente de su nariz.— Y tú, mocoso, controla tus hormonas, ¿quieres?











Jelouuu

He vuelto amigos míos y se siente muy bien volver. No se imaginan ya las ganas que tenía de volver a escribir y todo eso. 

Espero sigan disfrutando mucho de la novela y hago un paréntesis informativo: tengo una cuenta Facebook exclusiva para mis barbaridades, pueden agregarme como LuFer Padilla, tengo la misma foto de perfil que aquí.

Sin nada mas que decir, deseo que disfruten mucho del capitulo, que me hayan extrañado como yo los extrañe y que tengan un lindo día.

Los quiere, Fer. 

JUST AROUND THE CORNER [KOOKTAE][+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora