JUST AROUND THE CORNER [KOOKTAE][+18]

DÉCIMO CUARTO

El sonido de las llaves abriendo la puerta principal llamó su atención. Jimin había llegado más temprano de lo normal a casa. De por sí ya era raro que se presentara en su departamento desde que se había conseguido una novia.

—Taetae, ¿estás en casa?

Los ladridos de Yeontan se encaminaron en dirección a la voz recién llegada.

—Estoy en la cocina.— Su amigo no tardó en llegar al espacio.

Taehyung salió temprano de sus clases y con ello tuvo tiempo para su cita con la estilista que le arregla su cabello. Ya estaba demasiado deslavado, teñirlo una vez más no le haría daño... Y más cuando había quedado en verse con Jungkook otra vez.

Sonrió a la nada, meneando el caldo que estaba preparando.

Un silbido vitoreando lo hizo reír.

—¡Mira nada más!— Jimin comenzó a rodearlo, pinchándole los costados.— Cabello teñido, ropa nueva y sonriéndole a la nada... Hasta puedo adivinar que tendrás una cita con nuestro hoobae favorito.

Taehyung sonrió otra vez, sin poder evitarlo.

—No digas tonterías, sólo tenía apartada la cita con el estilista.

Jimin lo miró con sospecha, abrazando a Yeontan entre sus brazos.

—No te creo.—Se acercó más a él, presionándolo.— Tienes escrito en la frente: voy a salir con Jungkook.

El pelirrojo se rio de nuevo.

—No voy a salir con él... Apenas le voy a preguntar.

Jimin sonrió, otra vez, dándole un codazo.

—Entonces el sí ya está asegurado.

Se echó una última mirada en el espejo. Sentía que su ropa era demasiado casual: unos pantalones de lana holgados, una playera lisa, una bandana en su cabeza y sus deportivas. En esta ocasión había accedido a ir a dar un paseo nocturno, para ejercitarse un poco y conversar.

La imagen de Jungkook en ropa deportiva le hizo tragar saliva. Se cubrió el rostro. Se moría de nervios todavía cada vez que lo veía.

Es que es guapísimo...

Suspiró con pesadez. Había pasado un tiempo desde la última vez que alguien le gustó tanto.

El timbre de su departamento lo sacó de sus pensamientos y fue corriendo a la puerta después preguntar por el interfono quién era.

—Hola—, saludó cuando abrió la puerta.

Jungkook lo recibió con una amplia sonrisa, mostrando sus dientes de conejillo. Unas ganas tremendas de besarlo lo invadieron pero se contuvo por estar a la vista de todo mundo y porque también Jimin aun seguía en el departamento.

—Hola, ¿qué ta-.—Sus palabras fueron interrumpidas por la pequeña bola de pelos que apareció de la nada.— Hola pequeño.

Taehyung se murió de ternura cuando Jungkook abrazó a Yeontan en sus brazos. No pudo evitar llevar una mano a su corazón.

—Bueno, ya fue mucho, Yeontan.— Lo quitó de los brazos de Jungkook con cuidado para depositarlo en el suelo.— Este chico grandote de aquí, es mío.— Palmeó dos veces su pecho, sintiendo sus firmes pectorales.

Que error tan grande.

Para despistar un poco su acción, decidió tomar las llaves del desayunador de la cocina para apresurarse a irse.

—¡Jimin, ya nos vamos!

—¡Bien, usen protección!

Los colores se le subieron al rostro a Taehyung, combinando con su cabello. Jungkook soltó una fuerte carcajada ante el portazo que dio el mayor una vez salió del departamento.

No podía evitarlo. Amaba que rompiera esa barrera de seguridad de Taehyung, todo por verlo nervioso y colorado. Le gustaba muchísimo.

—Vámonos.

—Como usted ordene.

La noche había caído rápidamente. Cuando salieron del departamento aún había un poco de sol, pero al estar tanto tiempo ejercitándose el manto oscuro los cubrió rápidamente.

Compraron unas botellas de agua para hidratarse, para después sentarse en una banca a descansar.

Taehyung estaba teniendo un fuerte autocontrol en su ser. Jungkook en ropa deportiva fue mejor de lo que esperaba. La imaginación nunca podría superar a la realidad. Y estaba teniendo fuertes problemas en mantener sus manos alejadas de aquellos fuertes glúteos, cubiertos por un fino pantalón negro deportivo, entallado. Resaltando cada detalle, cada fibrosa curva. Quería mantenerse cuerdo para llevar la fiesta en paz, porque si hubiera seguido a sus instintos desde cuando estuvieran enredados bajo las sábanas de su cama.

Pero Taehyung no sabía que Jungkook estaba igual. Jungkook luchaba con todos sus demonios interiores para no aventurarse bajo los pantalones de chándal de su acompañante y acariciar sus largas piernas que la última vez no tuvo oportunidad de apreciar. También la curvatura de su cuello se le antojaba demasiado, acompañado a eso su fina clavícula que se adivinaba a través de la tela de la fina playera blanca.

Sí, ambos estaban en un terreno muy peligroso.

El descaro de Jungkook al recostarse en su regazo lo tomó desprevenido. El mayor se puso rígido rápidamente, más cuando sus manos traviesas empezaron a jugar con su ropa.

—Te estas volviendo muy atrevido, Jungkookssi.— Sus largos dedos se perdieron en las hebras azabache de su cabello, acariciándolo.— Y creo que me está gustando demasiado.

Jungkook le acarició los labios con su pulgar.

—Así que... ¿Soy tuyo?

Taehyung sonrió travieso. En ese momento las palabras salieron solas de su boca, su interior habló por él sin poder detenerlo.

—¿Te molesta?

El azabache negó.

—Pero creo que debemos discutir las cláusulas de exclusividad en este contrato.

Ahora sí Taehyung se rio con ganas.

—¿De qué estás hablando?

Se sentó de nuevo, sin dejar de mirarlo a los ojos.

Colocó uno de sus rojizos mechones detrás de su oreja, adorando cada milímetro de la sonrisa que tenía plantada en el rostro.

—Quiero hacer las cosas bien. Ir poco a poco, paso a paso...

—Creo que es tarde para eso, ¿no lo crees?

Se rio bajito. Le encantaba.

—Ya lo se...

Sus caricias bajaron a su cuello. Mojado y sudoroso. De repente le dio sed.

—¿Vas a pedirme que sea tu novio?

Se encogió de hombros.

—Hoy no.

—Que bueno, porque no estaba en mis planes decirte que sí, sudado, despeinado y apestando a rayos.

Ahora fue turno de Jungkook de soltar una carcajada.

—Dame tiempo, quiero que sea especial.

Sonrió. Dulce. Cálido. Tanto que sintió que su corazón se derretía.

—Para ti, el tiempo que quieras.

Le besó suavemente los labios. Y Jungkook se descolocó por un lametón desprevenido.