SEXTO

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Su departamento no era muy grande, pero tampoco era muy pequeño. Podría decirse que tenía el tamaño perfecto. Decorado aquí y allá con muchas plantas, con muebles muy minimalistas, una cocina de lo más bonita, dos habitaciones y una bella pecera en una esquina.

Sí. El lugar era muy Taehyung.

—Ponte cómodo, iré a traerte algo de beber.— Dijo mientras se quitaba la enorme gabardina de encima. Las ropas holgadas dejaban mucho a la imaginación, ya que las curvas que él quería apreciar no se distinguían.—¿Quieres algo en especial?

—Un vaso de agua estaría bien.

—¿Seguro? Tengo cerveza, whisky, tequila, jugo de naranja.— Aquello último le hizo soltar una carcajada.

—Seguro que estás bien preparado.— La grave risa de Taehyung retumbó en el recinto.

—Sí, a mi mejor amigo y a mi nos gusta estar preparados para cualquier ocasión.

Así que compartía departamento.

Bueno, era obvio. Se veía bastante aceptable; no de un super lujo pero a su parecer parecía costosa la renta. En cambio, Jungkook vivía en la residencia porque quiso ahorrarse el dinero de conseguir un departamento sólo para él, ya que sus amigos ya tenían con quien compartir.

Taehyung se tomó su tiempo en la cocina, seguramente preparando algunos cócteles o bebidas, quien sabe. Decidió husmear aquí y allá. Tenían un bonito estante lleno de libros de arte y algunos otros libros de teoría. Acompañado de una bonitas polaroids de distintos lugares, atardeceres y un perrito muy lindo.

—De verdad que sí eres curioso.

Su voz lo tomó por sorpresa de nuevo. Le esperaba en el sofá, pulcramente sentado con las bebidas puestas en la mesita del centro.

—Ven aquí.— Palmeó a su lado y, como no, obedientemente tomó asiento junto a él.

Agarró el vaso de la bebida para probar un poco y descubrir que su chico tenía excelentes habilidades con los cócteles.

Su chico.

Sonaba tan bien.

El ambiente se tornó tranquilo, pasmado, muy relajado. Bromeaban, reían y hablaban de cosas importantes. Taehyung tenía un gran sentido del humor y no había parado de reír por sus bromas y todo lo que hacía. Una vez paró de reír, se detuvo a mirarlo. No recordaba haberse divertido así en tanto tiempo. Ni tampoco el anhelar tanto alguien aún teniéndolo así de cerca.

El tiempo que estuvieron ahí, Jungkook no dejó de observarlo. Lo hipnotizaron sus gestos, sus manías y ademanes. A pesar de ser casi de la misma estatura, Taehyung era mucho más amanerado: se sentaba recto, su postura era limpia, sus manos grandes pero delicadas y ese tic que tenía de pasarse los mechones de su cabello rojizo detrás de la oreja. Cada movimiento de él era divino, casi como el de una mujer, pero, en su opinión, se veía muchísimo mejor en él.

Jungkook sabía que era más grande, estaba lleno de músculos por todos lados, no exagerado pero sí lo suficiente para que se le notaran. Y así mismo, Tae se hacía pequeñito a su lado, haciéndolo sentir poderoso.

Al estar divagando, se le antojó demasiado la curvatura entre el cuello y los hombros de su acompañante. Tanto que no le importó acercarse para hundir su cara en él. Taehyung respingo en su lugar, volteando inmediatamente con él.

—De verdad, ¿a ti qué te pasa el día de hoy?— Preguntó, tratando de recuperarse un poco, de no mostrarle cuán nervioso se encontraba por su cercanía.— Jungkook...

La nariz del azabache rozaba con delicadeza su cuello, erizando los vellos de su nuca. El calor se asentó en sus mejillas también y trataba de no volver la mirada hacia él porque juraba que se le iba a lanzar encima en cualquier momento.

—¿Puedo continuar?— Su voz fue un susurró. Ronco y áspero. Los ojos le brillaban de forma extraña y a la vez tan encantadora como nunca.

Taehyung tragó saliva al verlo.

Jungkook le besó la mandíbula.

—¿Puedo continuar?

Taehyung cerró los ojos.

—Sí, sí puedes.

JUST AROUND THE CORNER [KOOKTAE][+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora