DÉCIMO SEXTO

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Cuando llegaron a su departamento eran casi las tres de la madrugada. Se habían ido de copas a un bar cercano, muy bueno según Jungkook. El tiempo se les pasó volando, las copas también; el calor los abrazó a ambos cuando subían las escaleras. Jungkook abrazaba a Taehyung por la espalda, dejando besos en su cuello aprovechando la soledad del camino. Taehyung reía, encantado, estremeciéndose de vez en cuando.

Entraron en el pasillo indicado, el silencio recibiéndolos. Taehyung, en acto de valentía, se lanzó a los brazos de Jungkook y comenzó a besarlo. Besos desesperados, volviéndose intensos tan rápido como iniciaron.

Jungkook se sorprendió y el nerviosismo comenzó a entrar en su sistema.

—Tae...— El menor miraba en todas direcciones, preocupado de que alguien los viera, a pesar de que el pasillo estaba completamente vacío.— Tae, espera...

Lo apartó de su cuerpo con delicadeza, observando al pelirrojo agitado, con los labios brillantes. Mantenerlo alejado de él no duró mucho tiempo, ya que el mayor se lanzó de nueva cuenta hacia el azabache, perdiéndose en la curvatura de su cuello.

—¿Qué pasa si alguien nos ve?— Preguntaba preocupado, ignorando el creciente calor que se generó por culpa de el mayor.

Taehyung parecía ensimismado en la zona de su cuello, besándolo. Mordiendo algunas zonas para succionar después.

—Son las tres de la madrugada Kookie, además la mayoría de mis vecinos son ancianos.

Se apartó de nuevo para deleitarse con sus ojos almendrados.

Taehyung le abrumaba, tanto hasta el borde de no tener control sobre sí mismo. Ya sea por cómo su cuerpo parecía fundirse bajo las caricias de sus manos, o por el sabor a licor de fresa que desprendían sus labios, embriagándose al instante.

Kim Taehyung lo abrumaba. Y eso a Jungkook le encantaba.

Suspiró, sintiendo como su fortaleza caía de nuevo ante los bonitos ojos de Taehyung.

Ahora fue Jungkook el que se acercó descaradamente a Tae, deslizando sus brazos por su cintura hasta la altura de sus nalgas, escondiendo sus manos en los bolsillos traseros del pantalón ajeno. Odiaba admitirlo pero su novio tenía unas posaderas espectaculares.

—¿No crees que sería mejor continuar dentro?— Taehyung se estremeció cuando los labios de Jungkook le rozaron la oreja.

—E-está bien...

Desesperado busco las llaves del departamento, haciendo que se resbalaran de sus manos por la anticipación. Eso y que Jungkook le estaba besando detrás de las orejas.

—Jungkook, espera un segundo.— Lo separó de él con delicadeza, sonriéndole.— No puedo abrir contigo encima de mi.

El menor bufó. El pelirrojo se rio. ¿Quién era el que estaba desesperado ahora?

Taehyung se apresuró en abrir su departamento y sólo había puesto un pie adentro cuando Jungkook se lanzó sobre él, cerrando la puerta a su espalda mientras lo levantaba hasta que sus piernas quedaron abrazadas a su cadera. La respiración de ambos era agitada cuando sus ojos se encontraron.

—¿Estás desesperado, conejito?— Rozó su nariz con delicadeza, dando un suave mordisco después.

—¿Tú que crees?

El mayor volvió a sonreír y esta vez sí lo besó. Despacio, con calma. Amoldando sus labios suavemente, dejando que sus caricias se deslizaran por los brillantes mechones negros de su acompañante. El beso fue tomando potencia gracias a Jungkook: reafirmó el agarre a las piernas del mayor, apresando la jugosa piel con fuerza. Devoró sus labios con deseo, permitiendo que sus lenguas se encontraran en el camino para danzar juntas. Para chupar, morder, succionar y lamer; dejando así los belfos de su amado rojos y brillantes por la saliva.

Kookie...— El menor hacía caso omiso a sus súplicas, se perdía en su cuello, mordiendo con enjundia la zona, dejando pequeñas marcas rojas.— Kookie-ah... Cariño...— Jungkook gruñó en respuesta. Se estaba poniendo cachondo sólo por esa dulce palabra.

Bueno, más cachondo.

—Dime—. Dijo, desesperado, dejando besos húmedos por su rostro.

Taehyung rio por las cosquillas.

—¿Te parece si discutimos las cláusulas de ese contrato que mencionaste?

Jungkook se alejó de él como si quemara. Incluso lo bajo de sus caderas.

¿Qué?

El menor estaba con una cara de sorpresa tan grande que a Taehyung le costaba aguantar la risa. Había decidido jugarle una pequeña broma sólo para medir su resistencia.

—¿Estás hablando en serio, hyung?

Asintió.

—Creo que es algo fundamental para esta relación, ¿no crees?

Los ojos de Jungkook perdieron un poco de brillo, frunciendo el ceño en respuesta.

—¿De verdad, hyung?— Taehyung casi rompe todas sus barreras por el decepcionado sonido de su voz. El azabache suspiro.— Está bien...

Taehyung no pudo seguir más con la broma y se lanzó a sus brazos, besándole todo el bonito rostro intentando borrar esa triste expresión.

Aigo, Jungkookie—, más besos.— Era una broma, amor.

El azabache abrió más sus lindos ojos, si es que se podía.

Hyung... No seas así, por favor.— Con puchero le rodeo la cintura, ocultando su rostro el cuello del mayor. El pelirrojo lo abrazó con cariño, inundándose de su aroma.— Creí que hablabas en serio, no sabía cuánto tiempo más podría resistir.

Taehyung le besó la sien.

—Yo tampoco, cariño...— Susurró en el oído de Jungkook, sintiendo como el agarre a su cintura se apretaba más.— Ahora, ¿por qué no me llevas a la habitación? Porque yo sí tengo vecinos y no queremos importunarlos, ¿verdad?

Los dientes de Jungkook salieron a relucir, causando estragos en el corazón de Taehyung. De un movimiento el menor había subido nuevamente al mayor a su cadera, encaminándose a la dichosa habitación.

—Será un placer, TaeTae. 

JUST AROUND THE CORNER [KOOKTAE][+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora