Hace cuatro años...
Ya está, era el fin. Se daba por vencido.
Tenía la peor suerte del mundo. ¿Cómo era posible que ese día todo fuera tan malo? Primero llega tarde a la exposición, recibiendo regaños de sus profesores. Todo por culpa del auto de su padre y que decidiera descomponerse en ese instante. En segunda, su lugar designado estaba desplazado hasta el rincón más recóndito de la galería, donde pasaba muy poca gente. Y tercero, más de una persona había criticado, de mala manera, su pintura. Si es que esa gente no tenía consideración alguna, ni justificando que era un estudiante de primer año.
Se sentó derrotado en la banca que vio más cerca. Quería llorar...
Sus padres le habían dado muchas palabras de ánimo, buscando que al menos pusiera una sonrisa ese día. Pero era casi imposible. Les pidió de favor que lo dejaran solo, que se fueran a dar una vuelta por la galería mientras él se componía. Resignados, tuvieron que aceptar.
Les dolía verlos así. Sabía que habían viajado tanto para poder estar ahí y estaba actuando como un malagradecido.
Escondió la cabeza entre las rodillas, sintiendo como leves lágrimas bajaban por sus mejillas.
—Que tonto, Taehyung...— Susurraba con tristeza.
—¿Tú pintaste eso?
Pegó un salto ante la repentina pregunta. Sus ojos se posaron inmediatamente en el chiquillo a su lado, parecía un niño que apenas cursaba la preparatoria, no más chico que él. De cara redonda, cabellos oscuros, ojos grandes y brillantes que lo escudriñaban con atención.
Su corazón dio un latido.
—Sí, ¿por qué?
El chico apartó su mirada para observar la gran pintura frente a ellos, los ojos brillando de una emoción extraña, llena de dicha.
—Es preciosa... Me encanta.
Taehyung tomó aquello mal. Pensó que se estaba burlando de él y su desdicha.
—¿Estás bromeando?— Preguntó enojado, levantándose de su asiento.— Es un asco, a nadie le gusta... La gente solo la mira, se burla, me reprocha, me dice que no sirvo... Me han destrozado y eso que apenas es mi primer año...
Volvió a caer sentado, junto al chico; el cual parecía pensar algo muy detalladamente.
—Pero al menos a una persona le gusta, ¿no es así?
Los ojos avellana de Tae lo miraron de nuevo, observando esa boba sonrisa que se había plantado en su rostro.
Su corazón volvió a saltar de gusto, sintiendo un extraño calor en las mejillas.
—Creo que es normal que haya gente que no aprecie lo que haces, pero... sería una pérdida de tiempo deprimirse solo por algo que un desconocido te dijo. —El chico rascó su nuca, sin dejar de sonreír.— Si me hubiera deprimido por cada persona que ha dudado de mí, probablemente ya no estuviera aquí.
Aquellas palabras impactaron a Taehyung, más siendo un chico tan joven el que las dijera. Se sintió avergonzado; avergonzado de dudar, de no creer, de no confiar en sí mismo.
A duras penas, sonrió.
—Tú no eres de aquí, ¿cierto?— Señaló todo su uniforme, a lo que el chico asintió.
—Vine a acompañar a un amigo, pero el muy idiota despareció y me dejó aquí a mi suerte.— Ambos se rieron y el sonido fue melodioso y agradable para los oídos de ambos.— Después de no encontrarlo, me puse a vagar por ahí y así di cont-... Digo, con tu pintura.
—Ya somos dos, mi amigo dice que llegó hace como media hora pero aún no aparece.
Volvieron a reír, ambos con las mejillas sonrojadas y una extraña calidez en sus pechos.
—Bueno, nuestros amigos son unos idiotas.
—Concuerdo completamente contigo.
Y así duraron un tiempo, charlando, riendo. Cortando las distancias, sin dejar de lanzarse miradas que los ponían nerviosos; con roces ocasionales, haciéndose ver a los ojos de los demás como si fueran amigos de toda la vida.
El celular del pelinegro sonó, interrumpiendo su agradable momento. Parecía que era hora de irse, pero no quería. Estaba pasándola de lo mejor, como nunca antes, con aquel chico que apenas conocía y le parecía adorable su forma de ser.
—Ya es hora de que me vaya.— Colgó de nuevo su mochila al hombro, mientras se levantaba del asiento.— Fue un gusto haberte conocido.
Taehyung se levantó también, con una sonrisa triste.
—Fue un gusto para mí también.— Ambos se miraron en silencio, contrariados.— Espero vernos luego...— Soltó con duda el mayor.
El menor sonrió.
—Yo también lo espero.
Con renovados ánimos, ambos se dijeron adiós con las manos. Taehyung observando la espalda de aquel chico, con sus ojos resplandecientes. Y el chico alejándose a toda prisa, sosteniendo su pecho, inundado de esa sensación desconocida.
A partir de ese momento, las cosas fueron fenomenales para Taehyung. Las críticas malas no dejaban de llegar pero eran opacadas por todas las buenas. Las personas se entusiasmaron tanto con la pintura, algunos de sus profesores lo felicitaron, incluso recibió propuestas para unirse a algunos talleres de cursos avanzados.
Desde ese momento, todo solo iba mejorando.
Todo gracias a él.
Llegó a su casa, cansado pero con una sonrisa más grande que él.
La tarde había empezado mal, pero después de encontrarse con aquel chico todo fue mejorando. Su corazón latió de nuevo con solo recordarlo. Se lanzó a la cama, pataleando y gritando de emoción.
Era muy guapo...
Cuando de repente una revelación le cayó encima como balde de agua fría.
—¡No le pregunte su nombre!
Muchas gracias por estar con nosotros. Por acompañarnos en este bonito viaje y por gustar de todas nuestras aventuras.
Se que es una historia romántica, cliché y cortita pero espero y la hayan disfrutado tanto como yo al escribirla. Se también que no es perfecta, que tiene sus errores e inconsistencias pero todos podemos mejor.
De nueva cuenta, muchas gracias por estar aquí. Espero y se queden para acompañarme a mi y a los chicos en nuevas historias.
Esperen los extras, que faltan dos c:
Los quiere, Fer.
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JUST AROUND THE CORNER [KOOKTAE][+18]
Fanfiction❤HISTORIA GANADORA EN LOS PRIX AWARDS 2021❤ Jungkook desconocía a ese atractivo joven que, todos días, encontraba sentado en aquella banca blanca frente al parque. Y Taehyung estaba curioso por aquel muchacho que siempre era dejado por el autobús. ...