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Los ojos le pesaban, la cabeza le punzaba y sentía que todo daba vueltas. Win quiso levantarse, puso mucho esfuerzo pero sólo logró sentarse agarrando su cabeza con ambas manos.

Se había despertado gracias a alguien que lo movía constantemente mientras decía su nombre.

— Aquí, toma esto y date prisa que se nos hará tarde.

Bright estaba frente a él, con un vaso de agua y un par de pastillas. Estaba recién bañado, bien arreglado y olía bastante bien.

— ¿A dónde se supone que llegaremos tarde? — Tomó el vaso y las pastillas.

— A casa de tus padres, hoy es su aniversario.

— Pero la reunión es hasta la noche... espera... — Tomó aire y volvió a agarrarse la cabeza. — ¿cómo te enteraste?

Bright sonrió y fue al armario a buscarle ropa decente a Win para que se arreglara.

— Tu madre me invitó, hace unos días me reuní con ella para comer. Me pidió que llegáramos desde temprano.

Win se vio obligado a pararse. Si no fuera por el hecho de que su amigo era gay... diría que tenía algo con su madre a escondidas.

— P-Pero ella no me avisó... ni siquiera me dijo que te vería.

— Ahora lo sabes. — Le lanzó una toalla limpia. — Ahora a bañarse, tenemos el tiempo justo para llegar al desayuno con ellos.

Casi agarrándose de la pared, salió de la habitación encontrándose con Tay en el sofá, lucía un poco mejor que el, estaba tomando un café, pudo notar su cabello húmedo, lo que indicaba que también se había bañado.

— Buenos días Win, me alegra saber que estás vivo.

— ¿Irás con nosotros?

Tay asintió.

— Tu madre muy amablemente me invitó para unirme al desayuno con ustedes.

Bueno, ¿su madre iba a invitar a todo Bangkok o qué?

No le molestaba, el problema era que el último en enterarse era precisamente Win. O sea, era su madre, él era su hijo ¿por qué no le diría que vería a sus amigos?

Se fue a bañar, cuando salió se sentía relativamente mejor. Fue hasta el espejo y notó unas horribles ojeras, buscó unas gafas de sol y se las puso, no dejaría que nadie más las viera. También podía recordar lo que pasó el día anterior.

Ese sentimiento regresó a él, pasó una mano por su cabello para acomodarlo. Había decidido tratar de lidiar con ese sentimiento y así lo haría. El hecho de que fueran a casa de sus padres le daba fuerzas para poder fingir total desinterés, quería desahogarse en ese lugar seguro, para ello debía llegar completo.

— ¿Estás listo? — El castaño le preguntó desde la puerta de su habitación.

Win asintió sin expresión alguna. Salieron del departamento para montarse en el auto de Tay, rogaba porque su padre le hubiese comprado otro, no quería molestar a su amigo.

Bright conducía, mientras que Tay, estratégicamente se acostó en los asientos de atrás, para dejar libre el lugar de copiloto para Win.

— ¿Te sientes mejor? — El castaño veía a Win por el rabillo del ojo, hoy estaba muy diferente a otras veces en las cuales se la pasaba quejando de todo y de nada, mientras era Bright quien lo calmaba. — Toma, aquí hay agua.

Le ofreció una botella, la cuál Win rechazó de buena manera negando con la cabeza.

— ¿Quieres que pasemos por algo más?

Mejor Amigo | BrightWin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora