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—Creí que jamás volvería a verte.

—Para tu desgracia aquí estoy. Pero no te preocupes querido, hoy será la última vez. —Marissa sonrió ampliamente mientras veía un odio profundo en los ojos de James.

—¿Dónde está el cuerpo de Charlie? —exigió.

—Claro, esa información la tendrás, pero antes tienes que firmar un par de cosas.

Dicho eso, le pasó sobre la mesa un folder y un bolígrafo. Su sonrisa jamás abandonó su rostro y James hizo una mueca de dolor.

Había pasado tanto tiempo en ese lugar tan insípido que fingir tristeza era para nada difícil. No es que se sintiera orgulloso de ello, pero jamás estuvo tan agradecido de verse tan miserable ante ella. Solo así lograría lo que planeó con su hijo.

—¿Cómo está Bright? —preguntó mientras su mirada se enfocaba en los documentos frente a él, los reconocía perfectamente.

—Qué importa. Mejor dime... ¿Cuál es la intención de que me avisaran de tu avance en este lugar? Porque hasta dónde sé, pediste que se pusieran en contacto conmigo.

James tomó el bolígrafo y acercó un poco más las hojas de papel.

—Sabía que querías esto. —levantó sólo un poco una hoja a la vista de la mujer. —Y yo solo quiero saber de mis hijos... estoy seguro de que pasará un buen tiempo para que pueda salir de aquí y nadie mejor que tu puede decirme dónde está mi hijo muerto y cómo sigue el que vive.

—Vaya, que padre tan ejemplar. —sonrió y acomodó su cabello sedoso. —No sabes lo feliz que me hace no haberte dado más hijos.

—Y yo te odio por matarlos, incluso a los tuyos...

—Oh vamos, eso es cosa del pasado. Creí que ya lo habías olvidado. —respondió, viendo sus uñas y dando un aire de desinterés.

—¿Cómo podría olvidar que te provocaste un aborto?

—Realmente fueron dos, querido. Y ambos por tu culpa.

—¿Dos? —preguntó sorprendido, con lo cristalino de sus ojos suplicando que no fuera verdad. —Con que derecho dices que yo tuve la culpa...

—Ahs, ¿y decías conocerme bien? En fin, no iba a permitir que siguieran naciendo tus incompetentes descendientes, mira como resultó Bright...

—¿De qué hablas?

—Bueno, es pareja, novio, amante o lo que sea que sean con Win... ¿lo recuerdas? Nunca me dio buena espina y al final resultó ser un maricon incompetente.

—Bright y... ¿Win?

—Lo sé, es una locura. Por eso le quitaré todo. Haré lo que sea necesario para que recapacite, para que pueda saber que éstas estupideces solo le arruinaran la vida. De igual manera planeaba quitarles todo.

—Esto... es peor de lo que pensé... es una sesión de derechos. ¿Por qué estás tan segura de que daré todo lo que le corresponde a Bright?

Marissa acomodó sus codos sobre la mesa y sostuvo su cabeza sobre sus manos, una enorme sonrisa apareció en su rostro y James pudo sentir más de cerca su sutil perfume a rosas pero su aura podrida.

—Querido, creo que a estas alturas ya sabes que no debes retarme. Lo harás por el simple hecho de querer conservar al único hijo que te queda.

James cerró los ojos unos segundos, recordó las palabras de aliento de su hijo, no podía fallarle, tenía que seguir actuando y seguir con el plan.

Mejor Amigo | BrightWin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora