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—¿Dónde está? —su mirada se paseó por toda la habitación que desprendía un olor a desinfectante y los pitidos constantes de una máquina que se colaban en sus oídos. —¿Bright? Te... te necesito...

—El se ha ido. —respondió su hermano.

Win lo enfocó mejor. Estaba a un lado suyo, con un par de documentos en las manos mientras los firmaba. Vio cómo se los daba a una enfermera.

—¿Por qué?

—Porque te esperará en casa. —Se acercó más a él y acarició su mejilla. —Nos vamos de aquí ahora.

El pelinegro asintió un poco aturdido, dejando de lado todas la preguntas que tenía. Cerró sus ojos un momento y sintió ahogarse con todas sus emociones. Debía dejar de pensar o lloraría aún más. Su hermano tomó su mano y la acarició. Win abrió sus ojos sólo para toparse con la mirada protectora de Jeff. Le sonrió y la misma enfermera entró de nuevo con una silla de ruedas. Lo siguiente fue ayudar a Win a sentarse ahí, no sin antes quitarle la intravenosa que tenía en una mano.

Win parecía perdido en sus pensamientos mientras avanzaban por aquel pasillo. No quería pensar demás pero era imposible. Y sabía que sí las preguntas y palabras abandonaban su boca tendría que regresar a esa horrible camilla mientras lo sedaban para calmar su dolor. Y el ya no quería regresar. Win solo quería llegar a casa y estar en los brazos de su novio. Que le dijera que lo ama y que no lo dejaría solo. Que lo consolara con mimos y besos. Y que por supuesto, le dijera que lo de sus padres era una equivocación.

Que por favor fuese un error.

Jeff detuvo el empuje de la silla de ruedas y se paró frente a él, limpió las lágrimas que Win jamás sintió bajar en sus mejillas y después limpió las propias.

—Se que es difícil, Win. Pero saldremos adelante ¿de acuerdo? No pienso dejarte solo... los demás estarán en casa de papá y mamá en unas horas más.

—Yo no quiero ir ahí. Quiero ir a mi departamento. —su voz se quebró, mientras Jeff inútilmente limpiaba las lágrimas que salían sin control. —Yo quiero estar con Bright... llévame a mi casa y...

—No. —sentenció. Win cerró los ojos y sintió un poco de miedo. —Te dije que no te dejaría solo y eso implica no dejarte a cargo de Bright. No es bueno por ahora. Él nos alcanzará después allá.

Win no dijo nada más, simplemente se dejó llevar hacía un destino y una realidad que no quería. Lo único que pensaba era que de igual forma vería al castaño, porque cuánto lo necesitaba.

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Las horas de camino fueron silenciosas y llenas de lágrimas por parte del chico. Por más que quiso controlarlas, éstas parecían jamás acabarse.

Al llegar a la mansión de sus padres el corazón se le detuvo. Si la intención de su hermano era provocarle otra crisis, iba por buen camino. Todo el lugar lleno de tristeza. Algunos empleados lloraban aún, otros tenían los ojos rojos e hinchados. Sin duda todos asumían una tragedia que Win se negaba a aceptar.
En el salón principal habían varios arreglos de flores hermosas y elegantes, todos con diferentes tarjetas de amigos y conocidos importantes.

Win tomó una con discreción y leyó lo que podrían ser las peores palabras en su vida.

Nuestro más sentido pésame para la familia."

Win sintió rabia, coraje y tristeza. Tomó la tarjeta y a la vez que su hermano volteó a verlo la rompió en varios pedazos mientras su rostro se deformaba en una mueca de enojo y las lágrimas caían de nuevo.

Mejor Amigo | BrightWin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora