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Eran casi las 5 de la madrugada cuando Bright llegó al departamento, tratando de hacer el menor ruido posible, pero en el transcurso hacia su habitación, se percató del televisor prendido y de aquel cuerpo que descansaba en su sillón, bueno, al menos eso intuía, porque la posición en la que estaba Win no era posible estar cómodo.

Se acercó a él, viendo cómo su cabeza caía por un lado, mientras sus pies estaban algo torcidos, definitivamente después tendría un abrumador dolor de cuello y piernas.

Tomó el control remoto que estaba a un costado de Win y apagó el televisor, después se acercó a Win y notó que su cabello cubría uno de sus ojos, tenía algo de ojeras, obviamente se había desvelado, lo raro era que se había quedado despierto viendo tv y no teniendo sexo salvaje como acostumbraba.

Bright se quedó embobado por un momento viendo la angelical cara de Win, aunque sus ojeras eran notorias, no dejaba de verse hermoso. Bright se acercó más para poder enredar su dedo por el mechón de cabello, acomodándolo y dejando a la vista el ojo de Win, después de esto, fue inevitable deslizar su dedo por el contorno de su rostro.

Dios su piel era jodidamente suave, él era jodidamente hermoso, perfecto.

Dio un pequeño tirón de su mejilla, logrando que Win hiciera un ligero puchero con los labios. Bright detuvo toda su atención en esos labios rosas, su dedo pulgar pasó por ellos fugazmente.

Bright se preguntó por qué demonios no tenía el valor suficiente para confesarse con su amigo, lo peor que le podía pasar es que fuera rechazado, pero sí, eso era justo lo que no quería.

Pensó que tal vez si sentía solo un poco más sus labios Win pensaría que lo soñó, después de todo, a veces tenemos sueños así ¿no?

Con ese pensamiento y sus ojos puestos en esos labios tan besables, se acercó en dirección a ellos, sintiendo muy de cerca la respiración de Win, pero cuando estuvo a nada de juntar sus labios, se desvió hacia su mejilla, dejando un dulce beso en ella.

Bright se maldijo internamente por ser un cobarde de mierda, pero después de eso pensó que en sí algún día besara a Win, debía ser especial, quería que ambos pudieran estar en sus cinco sentidos y así tener un buen recuerdo de su primer beso.

Claro, cómo si eso fuera a suceder, era claro que Win jamás lo besaría.

Bright dibujó en su rostro una sonrisa torcida, dejando en claro que Win sólo lo veía como su mejor amigo, y las cosas nunca iban a cambiar, por algo le había conseguido a alguien para que se distrajera.

- ¿Te habré hartado ya? - susurró Bright, viendo el rostro de Win - ¿Tan harto estás de mi que buscas quien me distraiga para ya no molestarte...?

Bright suspiró profundo, sintiendo ese sentimiento de dolor en el pecho que ya era familiar para él.

- Está bien Win, renuncio a ti...

Esas palabras hicieron que su pecho se apretara aún más.
Era la decisión que había tomado la noche anterior, al escuchar cómo First le contaba que Win había insistido en que aceptara, le dijo también que era un buen amigo por preocuparse de tal manera por él, era eso o que necesitaba tenerlo distraído en algo mientras Win podría hacer cientos de cosas que a veces Bright le decía que mejor no debía hacer por seguridad.

Con mucho dolor, Bright tomó de los muslos y de la espalda a Win, cargandolo a como pudo para llevarlo a su habitación, Win, quien era de sueño pesado, solo se acomodó en el cuello de Bright, pasando sus brazos por sus hombros, haciendo que Bright se sintiera algo nervioso.

Al llegar a la cama de Win, lo dejó con cuidado, acomodando su cabeza en la almohada, sintió cómo Win no soltaba uno de sus brazos.

- Buenos días...- dijo Win, tratando de abrir los ojos - ¿cansado?

Mejor Amigo | BrightWin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora