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El padre de Bright siempre decía que los sentimientos y el dinero son cosas que no pueden ocultarse por mucho tiempo.

El castaño llevaba algunos días pensando en qué demonios le pasaba a Win últimamente. Se comportaba un poco más distante que antes. Suponía que tenía algo que ver con Luke, o tal vez Sam... o alguna de sus otras conquistas. Era doloroso pensar en ello pero por desgracia era demasiado realista.

Si fuera algo malo ya se lo hubiera contado. Al menos eso creía.

Como cualquier otro día, Bright entró al cuarto de servicio para lavar su ropa, tenía todo el día para hacerlo, así que simplemente se tomó su tiempo. Incluso hasta leía las instrucciones de las botellas de suavizante para telas.

En su cabeza pasaban muchas cosas, una de tantas, era su relación con New, cada día eran más cercanos.
No era algo que le molestara, simplemente se le hacía curioso cómo se comportaba este. Incluso volvía a recuperar su vida después de ese incidente con su ex novio.

Por otro lado, ya no quería seguir diciendo que renunciaría al amor que sentía por Win para que dos segundos después volviera a caer ante su sonrisa, ante sus miradas que le dedicaba con él único fin de que Win estuviera bien, porque siendo sinceros, era lo único que le importaba a Bright.

En castaño se encontraba sacando sus prendas de la secadora y las iba apilando en un estante. Cuando escuchó el ruido de la puerta principal al abrirse.

Hasta dónde sabía, Win llegaría hasta tarde porque tenía una de sus dichosas fiestas.

No le tomó mucha importancia al hecho, hasta que escuchó unas risas incontrolables.

Eran de Win y una chica, que sabrá Dios de donde la había sacado. Oh, claro... Era Sam.

Seguramente la había llevado a casa para hacer lo que Win hacía con sus múltiples citas: un par de tragos, sexo casual y adiós.

Ojalá Win hubiera seguido ese plan.

Bright simplemente se limitó a ir hacia la puerta de la habitación para cerrarla y así sufrir un poco menos con la idea de lo que estaba por suceder. La sala, que era donde estaban los otros dos, estaba muy cerca para ser testigo de aquello.
Pero al escuchar esa plática que les causaba tanta gracia, se quedó helado.

— Vamos cariño, no me lo puedes negar. — decía la chica mientras con una mano jugaba con su cabello, y con la otra iba abriendo de botones la camisa de Win.

— Estas loca, eso no podría ser verdad... — Respondió Win entre risas.

— Solo date cuenta cómo te ve, no soy la única que piensa que Bright esta enamorado de ti.

Bright sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo. Sus sentimientos estaban siendo expuestos, y no precisamente de la manera en que le hubiera gustado.

— Claro que no, solo es mi mejor amigo. Nuestra relación es así. — Win trataba de alejar la mano juguetona de la chica, pues ya estaban dando caricias por su abdomen.

— Esta bien, puedes creer lo que quieras cariño... Aunque... — la chica delgada se acomodó frente a las piernas de Win, quedando de rodillas. — Deberías hacer algo al respecto... Solo para salir de dudas.

Win se llenó de deseo al ver como la chica se hacía una coleta frente a él.

— ¿Algo?...

— Si, por ejemplo provocarlo, darle indirectas. Solo así podrás saber si es verdad o no lo que te digo. Yo también necesito saber que no es enemigo mío.

Después de hablar, la joven de grandes senos llevó sus manos hasta el botón de los jeans de Win, dando un pequeño tirón para que su miembro saliera por fin.

Mejor Amigo | BrightWin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora