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No sabía cuánto tiempo había pasado, después de llorar, vaciar su vejiga, controlar sus lágrimas, sus sollozos volver a llorar y volver a calmarse de nuevo, Win se había quedado sentado sobre el inodoro.

Haciendo absolutamente nada, más que lamentar el estar enamorado, perdidamente enamorado de su mejor amigo y darse cuenta muy tarde.

Unos golpecitos se escucharon del otro lado de la puerta y reaccionó.

— ¿Win? ¿Estás bien? Llevas mucho tiempo ahí dentro... ¿Te desmayaste?

Su voz.

¿Lo había estado esperando en serio?

Si era así, deseaba haberse desmayado.

Con lo poco de fuerza que le quedaba abrió y salió directo a la puerta de la entrada para largarse de una vez por todas. Pero Bright frustró su plan, cerrando la puerta antes de que la pudiese abrir por completo, logrando cerrarla de nuevo y acorralarlo con uno de sus brazos.

— ¿Qué se supone qué haces? — Preguntó Win, mientras sentía la respiración del castaño cerca de su cuello.

— ¿Qué está pasando?

Win resopló y se dio la vuelta, quedando cara a cara con Bright.

— No te interesa... Ahora, déjame salir.

Bright olfateó el alcohol que emanaba Win.

— Te dije que no consumieras alcohol. ¿Quieres tener problemas?

— ¿Con quién? ¿Contigo? No deberías preocuparte, claramente no soy tu prioridad. — El castaño agachó la mirada y quitó su brazo de la puerta. — Le diré a Tay que me lleve a casa.

— Eso... creo que es lo mejor.

Sin más que decir, Win salió por fin, quedando solo Bright un poco cabizbajo.

El pelinegro caminaba con semblante de tristeza, sus ojos estaban algo rojitos, pero el pretexto era el alcohol. Siguió su camino buscando a sus amigos y cuando llegó a ellos, notó que Félix, una chica y un chico rubio se habían unido a su grupo de amigos.

— ¿Estás bien? — Preguntó Tay, haciendo espacio entre él y Félix.

— Sí, supongo... necesito un poco más de alcohol. — Logró sonreír.

Sabía que debía irse a casa, pero la sola idea de pasarla solo, llorando tumbado en su cama era aterradora.

— No hay problema. — Félix le extendió un vaso. — Prueba esto, cariño.

Win lo agarró y lo olfateó, buscó la aprobación mirando a sus amigos. Sí, sentía desconfianza al beber algo de lo que no sabía su procedencia.

— Tranquilo, es solo un vino afrodisíaco... para consentir tus sentidos. — Félix le dio un guiño coqueto.

Los demás chicos asintieron mientras bebían lo mismo.

Algunos pasaban de un lado a otro con su respectiva bebida, otros bailaban y llegaban a saludar o a despedirse de Mix por ser el anfitrión.

En ese tiempo, por supuesto que el alcohol y todo lo que consumían ya había hecho efecto en los chicos, que ahora mismo bailaban en el lugar que estaban.

Win a veces parecía no estar en el mismo lugar que los demás. Tay le había vuelto a preguntar si estaba bien, si quería regresar a casa, pero Win simplemente se negaba.
La verdad era que había visto a su amigo y a la chica, se la estaban pasando bastante bien, no quería echarle a perder la diversión solo porque él se sentía patético.

Mejor Amigo | BrightWin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora