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La lluvia era cada vez más fuerte afuera, parecía que el cielo quería caer sobre la ciudad.

Ambos chicos se encontraban a media habitación, tratando de mantenerse de pie, tocando sus espaldas en un abrazo, con mucha delicadeza.

Ninguno tenía idea de que pensaba el otro, estaban entregándose al momento que estaban viviendo. Ese momento que ambos deseaban y que justo ahora estaba sucediendo.

Decir que la cabeza de Win era un lío era poco. Ahora que tenía a ese apuesto chico frente a él, besándolo de esa manera, tenía claro que no estaba confundido, que sentía algo más que cariño de mejor amigo. Como hace algunos años atrás, se sentía tan confundido, pero era algo claro a la vez.

Era más que un lío.

Esos pensamientos los aclararía más tarde. Tomó ventaja y con pasos torpes y lentos, sin romper el beso llegó hasta la cama. Haciendo que Bright se emocionará más. El castaño apretó con fuerza sus cuerpos que fue inevitable que sus pelvis chocaran, haciendo que sintieran su masculinidad y soltaran un pequeño gemido casi al unísono.

Al darse cuenta de lo que estaba por suceder, Bright fue quien interrumpió el beso lentamente.

— ¿Estás seguro de que quieres hacerlo? — Preguntó el mayor con la voz ronca y algo entre cortada.

Pero Win no respondió, se limitaba a tocar con sus dedos los labios de Bright, parecía que estaba tocando algo que se comería y antes de hacerlo lo disfrutaba.

— ¿Win? — Volvió a preguntar.

El chico subió su vista y se posó en esos ojos de mirada profunda que no lo dejaban de admirar como si fuera una de las siete maravillas del mundo.

— No seas tonto Bright, anda, siéntate. — Ordenó.

Algo confundido, Bright obedeció y se sentó en el borde de la cama. Sus ojos viajaban por cada uno de los movimientos que Win estaba haciendo.

Estaba acomodándose frente de él, entre sus piernas. Puso sus manos en cada muslo del castaño, y su mirada, ahora bajaba desde sus ojos hasta su pelvis. Win volvió a verlo a los ojos, cómo buscando su permiso para despojarlo de su pijama que recién se había puesto.

Bright, sólo asintió con el rostro algo rojo y los labios algo hinchados. Estaba tan ansioso que tuvo que encontrar paciencia desde lo más dentro de su ser.

Pero ver a Win, pasar sus dedos sobre su ropa con algo de desesperación, le reconfortó mucho, pues eso significaba que no sólo el quería morir de necesidad por estar y verlo desnudo.

Win estaba tan abrumado por todo lo que estaba pasando, se estaba dejando llevar tanto que incluso podía ver las consecuencias de esto.

No pienses en eso Win, no ahora...

Se repetía.

De todas la veces que había estado con un chico, esta le ponía más nervioso de lo normal. Obviamente ya sabía cómo empezar, comenzaba con un poco de sexo oral, después decidía si él era quién daba o recibía y fin, terminando cada quién a su vida normal.

Pero con Bright sentía que todo era diferente. Tan sólo verlo desde abajo, con esa mirada llena de lujuria, mordiéndose los labios, arrugando las sábanas con sus manos, sudando de tanta excitación... Era demasiado para Win.

Deslizó la ropa interior de Bright, dejándolos hasta los tobillos. Fijó su mirada sobre su miembro, que cada vez estaba más despierto, y Bright, cada vez más avergonzado y excitado.

Mejor Amigo | BrightWin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora