¡¿Estás bien?! — Bright corrió tan rápido hacia dónde estaba Win, en el suelo, debajo de su bicicleta. — ¿te duele algo?
Win arrugó la cara y negó, se revisó con cuidado los brazos y las rodillas, pues sentía que le ardían y en efecto, estaban con raspones.
— Maldición... No debimos pasar por esta calle. — Dijo Win entre quejidos.
Bright rodó los ojos, pues tiempo atrás de había advertido que esa calle no era la más indicada para andar en bicicleta.
— Déjame ayudarte. — Lo rodeó con sus brazos y lo levantó. — Creo que deberíamos volver a tu casa para limpiar tus heridas.
Win, abrazado del cuerpo de Bright asintió.
— Oh, pero nos alejamos mucho de mi casa ¿no está más cerca la tuya?
— Cierto, entonces vamos a la mía... ¿Puedes caminar solo?
Win intentó quedarse de pie pero era un niño mimado y exagerado que fingió no poder hacerlo solo. Obviamente, Bright se dio cuenta, pero como se trataba de Win, simplemente llamó a su chófer y éste fue por ellos y sus bicicletas.
Una vez en casa de Bright, ambos subieron a su habitación. Win se sentó en un banquito esperando a su amigo, quien salía de su baño con un bote que parecía ser un botiquín de emergencia.
— ¿No pensarás en ponerme alcohol? — Dijo asustado al ver que Bright agarraba un poco de algodón y un frasco color blanco.
— ¿Cómo esperas que limpie tu herida entonces? — Bright dudó en hacerlo, la mirada de Win le suplicaba que no. — Tranquilo, te prometo que no dolerá, yo no te haría daño.
Win bajó la mirada y comenzó a levantar su pantalón desde los tobillos, pero era imposible poder aplicar correctamente de esa manera.
— Creo que debería quitarme los pantalones. — Sonrió con algo de vergüenza. — ¿Te molesta?
Bright no sabía que decir. Trago saliva. Aunque no era la primera vez que pasaba algo así, eran más pequeños y más inocentes. Ya tenía sentimientos por Win, era un puberto con las hormonas alborotadas, sabía que no era buena idea.
— No, no me molesta. — Trató de sonar y verse lo menos conmocionado por ese hecho, pero su rostro comenzó a ponerse rojo. — Sólo date prisa.
Win se sacó el cinturón y seguido de eso, su pantalón. Fue algo torpe al momento, sentía vergüenza pero a la vez la confianza de que su mejor amigo lo viera en ropa interior. Entonces Bright pudo ver sus largas piernas blancas, sin ninguna imperfección.
¿Cómo podría ser eso posible? Win era perfecto.
Sus ojos no obedecían, se dejaron perder en esa imagen tan dulce e inocente que Win le regalaba.
— Bright... ¿Pasa algo? — Habló Win, trayendo a la realidad de nuevo a Bright, quien de inmediato comenzó a poner alcohol en el algodón.
ESTÁS LEYENDO
Mejor Amigo | BrightWin |
Storie d'amoreBright está enamorado de Win, su mejor amigo. Win siente algo por Bright pero no quiere aceptarlo porque perderá su amistad, así que lo rechaza todas las veces posibles para no perder a su mejor amigo.