El baño había sido más que relajante, pero había algo que no me daba muy buena espina. Lo deje pasar y comencé a ponerme la ropa interior. Como no, esta también era púrpura, la señora Venable estaba demasiado obsesionada con ese color. Me coloque una especie de vestido, también púrpura, justo cuando termine de ponérmelo unos golpes indicaron que alguien llamaba a la puerta.
-¿Emma? ¿Estas ya?-preguntó Timothy sin entrar.
-Si si, ya voy.-abrí la puerta y los mire. Les quedaban demasiado bien esos trajes.
-Wow.-dijeron al unísono.
-¿Qué pasa?-les pregunte extrañada mientras comenzábamos a andar.
-Nada nada, te queda muy bien.-contestó Emily con la boca abierta.
-Gracias, vosotros no os quedáis atrás. ¿No os parece demasiado que la ropa interior también sea púrpura?-les pregunte confundida.
-¿De que hablas?-preguntó Timothy.-La mía es negra.
-Si, la mía también.-dijo Emily.
-¿Qué? ¿Por que la mía es púrpura?
-¿Quien sabe? Igual se confundieron.-dijo Timothy restándole importancia.
-¿Preparados?-preguntó esta vez Emily cuando llegamos a una sala cerrada, en la que se podía apreciar música en su interior.
-No, pero es lo que toca.-le dije abriendo la puerta. Una fuerte iluminación nos cegó por un momento, la hoguera de esta sala si que era fuerte.
-Ui, vaya vaya vaya. Sangre fresca-dijo una mujer mayor sentada en un sofá.
-Pasar no seáis tímidos.-dijo acercándose otra mujer más joven a nosotros.
-¿Eres Dinah Stevens?-le pregunto Timothy nada más verla. ¿Quien?-Mi madre veía tu programa.
-Oh, que mona. Un millón más como ella y no me habrían remplazado por una telenovela.-le contestó con resentimiento.
-Emm.-un hombre joven, con el cabello muy blanco se nos acerco con cuidado. ¿Cómo era posible tener el pelo tan blanco?-¿Qué esta pasando ahí afuera?
-No queda nada.-le dije preocupada.
-Nada de nada.-me siguió Emily, ocasionando que el hombre nos mirara con miedo.
Unos fuertes golpes se empezaron a oír detrás nuestra, indicando que la señora Venable se acercaba.
-Oh, ahí viene.-dijo el hombre alejándose.
La señora Venable nos miro por unos segundos, en concreto a mi y procedió a entrar a la sala, tocando una especie de campanilla irritante. No es que lo fuera para los demás, pero para mi si lo era, a los 13 años me detectaron misofonía, una sensibilidad auditiva. A partir de los 19 años lo logre controlar más, ya podía escuchar música, pero sonidos como el timbre o esa campanilla me resultaban irritantes.
-La cena esta servida.-dijo la señora Venable mientras paraba de tocar la campanilla.
Nos sentamos en una mesa bastante grande y un montón de personas vestidas de gris comenzaron a traer los platos. Cual fue mi sorpresa al encontrarme con una especie de cubo medio transparente en ellos. Timothy y yo nos miramos para comprender que es lo que estaba pasando.
-Es la ración.-me dijo el hombre de pelo blanco. Lo mire para comprenderlo.-Ya se que decepciona.-y dejo de mirarme. ¿Quién lleva gafas de sol a la hora de la cena? Ese hombre y eso me hizo el día.
-Cielo, no sabes lo que es la decepción hasta que te acuestas con Yul Brynner.-le dijo la mujer mayor, debe de ser familia suya o algo.
-Quiero morir.-se dijo para si mismo, causándome otra risa. Este chico me iba a caer bien.