Cinco años después
— ¡Hola! Tengo una entrevista para... —La recepcionista levanta la mano para que pare de hablar.
— Sube las escaleras y gire a la derecha. Le está esperando —Y sigue con lo suyo. Fascinante.
— Gracias.
No puedo evitar recordar todos. Las paredes, los muebles, hasta los cuadros que me acompañan por las escaleras. Todo está igual. Todo no, yo no.
Yo luzco más mayor que la primera vez que vine aquí. La vuelta al pasado conlleva un gran problema y es que vuelves con la misma edad en la que estabas en tu presente.
Así que ahora mismo tengo casi treinta años, en vez de los casi veinticinco con los que entré en este lugar por primera vez. Aunque técnicamente ese futuro ya no existe, así que es como si nunca hubiera estado en este lugar.
Lamentablemente, he tenido que esperar cinco años para volver a sacarme la carrera de biotecnología de nuevo. Esta vez, en Londres, necesitaba cambiar de aires y Misty se vio muy contenta de hacerlo también.
Toco su tan famosa puerta tres veces, justo como lo hice en una vida pasada.
— Adelante —Su voz sigue siendo autoritaria.
— Buenos días —Saludo cerrando la puerta tras de mi.
— Llega un minuto tarde, señorita Vega —Su silueta si que no ha cambiado, me doy más cuenta de aquello cuando se pone de pie —. ¿Suele ser así de impuntual?
"Si en algún momento nos volvemos a encontrar, ten por seguro que volveré a amarte de la misma forma que ya lo hago".
El recuerdo de su frase me golpea el corazón y logra crebrarmelo en mil pedazos.
— En realidad, he llegado a la hora exacta —Saco mi móvil para enseñárselo. Las nueve en punto, ni un minuto mas ni uno menos.
— Puede irse —Se da la vuelta para sentarse de nuevo, pero yo saco mi arma secreta.
— ¿Sabe que el púrpura es el color de la realeza y la sensualidad? —Su cuerpo se tensa al escucharme hablar del color de sus prendas —. Alguien especial me dijo una vez que, el color de las prendas de vestir, es lo que de verdad le define a quien lo lleve puesto.
— Empieza mañana a las nueve. Ahora, largo de mi vista.
~Hasta otra vida~