-¡¡Buenos días!! He traído café.-alcé mis manos para que vieran los vasos.
-No sabes lo mucho que te quiero.-Jeff se aproximó con una gran sonrisa.-Lo digo enserio.-susurró mientras se ponía una mano en la boca.-Hoy Mutt está demasiado estérico.-se acercó aún más a mi.-Se ve que lo han rechazado.
-¿Quien?-le pregunté preocupada al ver a Mutt mirando por la ventana, todavía no me había hablado.
-La chica de la cafetería.-bebió de su vaso.
-¿Laura?-susurré para que no nos oyera.
-No, una nueva. ¿No la has visto?-preguntó confundido.
-No, me ha atendido Laura como siempre, por cierto me ha contado que Axel ha intentado quedar con ella.-le dije al recordar como Laura se reía mientras me contaba esa penosa historia.
-Como siempre Axel haciendo de las suyas.-alzó sus hombros.-Otro rechazado.
-No me ha rechazado.-una tercera voz sonó en la sala.-Solo me ha dicho que no tenía tiempo.-Mutt se dio la vuelta para mirarnos.
-Hay más peces en el mar.-me acerque hasta el.-Tranquilo.-coloque mi mano en su hombro.-Alguien aparecerá.
-O no.-susurró Jeff a mi lado después de unos segundos. Le di un codazo enseguida.-Es broma.-puso sus ojos en blanco.
-Tal vez tengas razón, Jeff.-musitó Mutt sin ganas mientras se sentaba en su silla.
-Idiota.-le susurre a Jeff.-Arregla esto.-le señale con un dedo.
-Vale vale.-alzó sus manos en señal de rendición.-¡Mutt!-le gritó tomándome desprevenida.-Arregla esa cara.-se acercó hasta el.-Hoy tu y yo nos vamos de fiesta.-le dio un golpe en la espalda.-Venga, anímate. Hoy conocerás a alguien seguro.
-Es miércoles, tío.-le dijo mientras se reía, por lo menos había conseguido animarle.
-Como dijo alguien alguna vez.-se quedó pensativo por un momento.-Nunca importa el día en el que estás, si ese día sales de fiesta.
-Eso te lo acabas de inventar.-me reí mientras me sentaba cerca de ellos.
-Alguien lo ha tenido que decir seguro.-Jeff sonó bastante convencido.
-Esta bien.-dijo al final Mutt con una pequeña sonrisa.
-Bien.-Jeff comenzó a aplaudir.-Otra cosa.-me miró enseguida.-¿Qué cosa que has llegado tan tarde?
-¿Os traigo café y así es como me lo pagáis?-intenté hacerme la ofendida.
-Y te lo agradecemos.-dijo Mutt mientras cogía su café de mi mano.-Pero no sueles llegar tarde.
-No he llegado tarde.-les dije al ver que estaban demasiado expectantes.-He tenido que ir antes al despacho de la señora Venable para darle unos papeles.
-¿Te ha dicho si iba a venir pronto?-preguntó Jeff asustado.-Recuerda que hoy toca volver a probar el traje.
-Agg, lo había olvidado.-le dije resignada apoyándome en el respaldo de la silla. Lo último que quería hacer ahora era salir a correr.-No creo que venga pronto, tenía una reunión con los "integrantes".-hice comillas con mis dedos.
-¿Otra vez?-preguntó Mutt cansado.-Son demasiado exigentes. ¿Qué querrán ahora? ¿Un avión en miniatura?
-Se supone que no vendrían hasta dentro de un mes.-se quejó Jeff.
-¿Son los de la reunión del otro día?-pregunte confundida, seguía sin saber quienes eran.
-Nuestra querida cooperativa.-me contestó Mutt con ironía.
-Es una organización muy importante y con demasiado dinero.-siguió Jeff al ver mi cara de confusión.
-Son insoportables.-susurró Mutt con miedo a ser escuchado.-Pueden estar por todas partes.
-Anda cállate.-Jeff le dio otro golpe en la espalda.-Deja de pensar en eso y piensa mejor en lo que te vas a poner esta noche.
-¿No voy ya bien?-preguntó mientras se levantaba y hacía un pequeño pase de modelo. Me reí enseguida.
-Amigo mío, te hace falta un traje o algo más elegante.-le contestó Jeff riendo también.
-Creo que tengo algo.-Mutt se quedó pensativo. Iba a seguir hablando cuando unas voces nos impidieron hacerlo.
-Debe de esperar a la señora Venable.-el grito de Alexia resonó por toda la sala.
-Solo serán unos segundos.-contestó una voz masculina.
-El paso está totalmente restringido.-Alexia volvió a gritar.
-Me importa una mierda, voy a entrar. Si se impone, entraré pisando su cadáver.-otra vez la voz masculina volvió a aparecer. Esta vez no hubo ninguna contestación por parte de Alexia.
-Alguien no está de buen humor.-susurró Jeff cerca.
-Cállate.-le ordenó Mutt.-Es el señor Langdon.
-¿Quién es el señor Langdon?-pregunte confundida.
-Ese voy a ser yo, señorita.-un chico rubio, más o menos de mi edad, apareció en la sala.-Michael Langdom.-alzó su mano mientras se acercaba hasta mí, me levanté enseguida de la silla para poder saludarlo.
-Emma Vega.-nuestras manos se estrecharon.-Encantada.
-Un placer.-dijo con una sonrisa.-¿A si que usted es la nueva?
-En efecto, señor Langdon.-le contesté separando nuestras manos.
-Me alegra haberla conocido al final.-¿su sonrisa nunca desaparecía?-Necesito su ayuda.-dijo después de unos segundos sin apartar su mirada de mi.
-¿E_en que, señor Langdon?-Jeff sonó bastante nervioso.
-Necesito un androide, lo más parecido a esta persona.-me entregó una foto, en ella.
-E_es.-no me salían las palabras.
-La ayudante de la señora Venable en su universidad.-término el señor Langdon por mi.-Le encantaba ese puesto. A pesar de tener el suficiente dinero como para vivir sin trabajar, ella nunca quiso dejarlo. Era mi madre adoptiva.-terminó de decir.-Murió hace una semana por un cáncer terminal.
-Lo siento mucho, no lo sabia.-me disculpe enseguida.
-No se disculpe.-dio un paso hacia mi.-Solo necesito que sea igual a ella, que tenga sus mismos conocimientos y pensamientos.
-Lo será, señor Langdon.-dijo Jeff nervioso.
-En esta libreta tienen todo lo necesario.-me alzó una libreta negra y desgastada.-Gracias. Va a ser mejor que me vaya ya, al parecer no se me permite estar aquí.-susurró esto último para que solo yo lo oyera.
-No se preocupe, está en buenas manos.-agarré con fuerza la libreta.
-Hasta otro día.-se despidió mientras se acercaba a la puerta y salía por esta.
-Uff.-Mutt y Jeff expulsaron todo el aire contenido.
-Eso ha sido extraño.-dijo Jeff después de componerse.
-Si, demasiado.-Mutt se sentó en su silla con los ojos cerrados.
-¿Por qué?-les pregunté confundida.
-Nunca en la vida lo hemos visto tan amable, nunca.-me contestó Jeff con los ojos bien abiertos.
-Siempre anda gritando y exigiendo.-le siguió Mutt, el cual se encontraba apretando una pelota antiestrés.-Le has caído bien, Emma Vega.
-Y eso no pasa todo los días.-Jeff me dio un apretón en el hombro derecho.
No tenía ni idea de quién era Michael Langdon, pero se le veía bastante amable y respetuoso. Tal vez había cambiado, no creo que fuera tan malo como lo pintaban los chicos. O igual, hoy, tan solo se había levantado del lado correcto de la cama.
Aunque pensando en el último comentario que tuvo con Alexia, igual tenían razón y tan solo yo había logrado caerle bien.