-Emma como no te des prisa nos vamos sin ti.-sentenció Peter siguiéndome por todo mi apartamento.
-Que si, que voy.-le dije buscando mi gorra de graduación.-Tan solo busco la gorra.-empecé a tirar la ropa de la cama al suelo.-Vale, aquí esta, vámonos.
-Venga, Susan nos esta esperando en el coche.-dijo Peter cerrando la puerta mi apartamento mientras yo comenzaba a bajar por las escaleras.
-Hasta que bajan.-soltó Susan mientras nos montábamos en el coche y aceleraba a toda prisa.
-No me culpes a mi, al parecer a Emma se le han pegado las sabanas esta mañana.-dijo Peter poniéndose el cinturón.
-Oyee, solo no encontraba mi gorra.-les dije colocándomela.
-Tenias razón con que la señora Venable le gustaba el púrpura.-comenzó a decir Peter.-¿No creéis que esto es excesivo?-preguntó extendiendo los brazos para que veamos su toga.
-No lo se, pregúntaselo a Emma, es la que ha recibido una beca por parte de ella.-dijo Susan levantando los hombros.-Además, es a la que mejor le queda al parecer.-me miró unos segundos por el espejo retrovisor.
-Y yo que se.-les dije quitándole importancia.-No es mi culpa que toda la toga sea púrpura.
-Lo sabemos, pero es realmente extraño lo bien que te queda ese color.-dijo Peter analizándome de pies a cabeza.
-Agg, no puedo con esto.-dije saliendo del coche, ya que ya habíamos llegado a la universidad.
-¡Espera!-gritaron los dos al unísono mientras corrían hacía mi.
-Hey, faltan diez minutos para empezar, vamos ha hacernos una foto.-dijo Susan poniendo un brazo sobre mis hombros y cogiendo a Peter por la cadera.-¿Preparados?-preguntó sacando el móvil y apuntándonos.-Decir púrpuraaa.
-Púrpuraa.-dijimos al unísono, segundos después el selfie ya estaba hecho.
-Perfecto.-dijo Peter al verla.-Ya nos la enviaras.
-Deberíamos de entrar ya.-dije mirando la hora en el móvil.
-Si, vamos. No es que quiera ver el discurso de Andrew, pero no quiero un castigo en mi último día.-dijo Susan comenzando ha caminar hacía la puerta del gimnasio.
-Creo que lo odia.-susurro Peter en mi oído para que no lo escuchara Susan.
-¿Tu crees?-le pregunté con ironía. ¿Quién no lidiaba a ese chico? Era el más creído de la universidad.
-Agg, ya veo que no han conseguido quitar el olor a sudor.-dijo Susan un poco asqueada al entrar en el gimnasio. Todos los alumnos se encontraban todavía de pie, menos mal que aun no había comenzado.
-Oye, no nos culpes a los de atletismo, son los de baloncesto los que no limpian nada, además nosotros no utilizamos este recinto.-le dije al notar su mirada en mi.
-Hola, hola. ¿Se me escucha?-la voz de una mujer se escuchó por todo el lugar.
-¡¡Si!!-gritó el típico chico que intentaba hacerse el guay.
-Si es así, por favor sentaros, en unos minutos comenzaremos.-sentenció la mujer con el micrófono.
-Vamos antes de que nos quiten el sitio.-dije cogiéndoles de la mano a ambos y empujarlos hasta la mitad del lugar. Ni muy cerca, ni muy lejos, perfecto.-¿Vuestros padres?-les pregunte una vez sentados en las sillas.
-Ya sabes, los míos están en viaje de negocios.-dijo Peter con cara de pena.
-Y lo míos tenían doble turno.- dijo Susan levantando los hombros. Recordé a sus padres, eran los mejores médicos del estado.-¿Tu tía?