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Estaba caminando por el parque con la capucha de mi hoodie puesta, mascarilla y gafas de sol, tenía que reunirme con el oficial para hablar, algo que no quería hacer pero que lastimosamente debía. Caminé un par de metros más hasta que lo vi sentado en una banca, me senté en el otro extremo y lo miré de reojo.

— ¿A eso le llamas discreción? — cuestionó — Pareces como si fueras un idol que no quiere ser descubierto por dispatch.

— ¿Qué es lo que quieres? — me quité las gafas y giré a mirarlo — no tengo mucho tiempo.

Hizo una mueca y suspiró, volteando a verme igualmente a los ojos.

— Quiero atrapar a ese bastardo de Park y para eso necesito tu ayuda, Minho.

— ¿Y qué gano yo con eso? El jefe se dará cuenta y me matará — respondí. La situación me cansaba y estresaba ya que no quería verme envuelto en más problemas.

— Sabes muy bien que no te matará, además, todos ganamos.

En cierto punto tenía razón, pero no sería fácil atraparlo, el hombre era bastante astuto. Fuimos a mi penthouse para poder conversar mejor y a la vez planear lo que sería la captura de Park. Todo aquello comenzaba a estresarme aún más y probablemente tendría que tomar otra dosis de mis pastillas para poder dormir.

La semana pasó y lo que sucedía a mi alrededor me sacaba completamente de quicio. En un momento de mi vida amaba estar en mi soledad, pero desde que conocí a Soyoon, solo quiero estar con ella. Cuando decidí ir a buscarla, contándole mis sentimientos sin siquiera haberlo planeado y saber que era correspondido, había sido algo completamente gratificante, pero que me dijera que tenía leucemia fue como un balde de agua fría.

La invité a vivir nuevamente conmigo, negándose de inmediato porque no quería ser una carga para mí. Al final terminé convenciéndola pero dijo que quería esperar unos días para quedarse con sus padres otro tiempo más.

Al volver a casa, me di una ducha y cambié de ropa. Estaba secando mi cabello cuando escuché mi celular sonar, lo tomé y contesté.

— Ven ahora.

Colgó la llamada y suspiré, hoy sería el día.

Le mandé un mensaje con mi dirección a tiempo real a Jaebum, hoy era el día para capturar a Park.

Terminé de arreglarme y salí de casa apresuradamente para ir al auto. Conduje rápidamente hasta llegar al lugar citado por el jefe, entré a éste con las manos en mis bolsillos yendo directamente a la oficina de Park.

— Al fin llegas — me tendió un arma —. Hoy acabaremos con los Kim, hoy es ese día donde le daremos fin de una vez por todas a esa rivalidad ¿Oíste?

Movió el arma para que lo tomara pero yo solo lo miré serio negandome a sujetar el objeto.

— No seré parte de tu venganza, el problema es tuyo, no mío — comencé a hablar con firmeza —. Me cansé de que me mandes a hacer tus trabajos sucios, estoy harto de tí.

El hombre ladeó la cabeza con molestia apuntando con el arma mi frente, quitándole el seguro.

— Harás lo que te diga o juro que te mato — apretó la mandíbula —. No necesito estorbos.

— Adelante, mátame.

Nos quedamos quietos y en silencio por unos instantes, bajó el arma y colocó el seguro nuevamente para dejarlo en el escritorio.

— Sabes que soy incapaz, eres como un hijo para mí...

— Corrección — interrumpí —, desgraciadamente soy tu maldito hijo, Lee Hyunsuk.

𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora