𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]

10

Ha pasado exactamente un mes desde que empecé a vivir con Minho. Nuestra relación ha mejorado después de su confesión en cuanto a lo de loco. Hemos salido a comer a varios lugares, todo con tal de hacerlo olvidar su problema.

Ahora son las  cinco de la tarde y con Honey vamos caminando a la cafetería. Realmente se me antoja un pastel de chocolate con un capuchino.

– ¿Te parece ir al parque después? — preguntó.

– Me parece una buena idea. — respondí, a lo que ambos sonreímos.

Ha pasado un tiempo desde que salía con Seunghun, ya que a Minho claramente le irrita que yo me junte con él, ni siquiera me deja hablarle en la universidad, así que decidimos venir a comer hoy para ponernos al día y todo eso.

– Ha pasado un tiempo... — habló mientras abría la puerta de la cafetería.

– Sí... — dije, acomodando un mechón de mi cabello.

Entramos al lugar, saludamos al personal y nos sentamos en uno de los lugares vacíos cerca de la ventana.

– Todo porque tu amigo — recalcó la palabra amigo — no te deja acercarte a mí...

– Lo siento ¿sí?... Sé que no debería dejarme influenciar por lo que dice pero... Ya sabes como es, es complicado y... no puedo hacer nada contra eso. — rasqué mi nuca.

– ¿Qué desean ordenar? — preguntó el chico. Es el mismo que nos atendió al oficial Im y a mí.

– Yo quiero un pastel de chocolate y un capuchino por favor. — hablé y el lo anotó en la libreta.

– Quiero un cupcake y un café por favor. — añadió Seunghun.

– Bien, enseguida se los traigo.

Lo vimos alejarse hacia la barra para sacar el pastel y el cupcake.

– Deberías ir a vivir conmigo.

– No. Eso si que no. Lo siento, pero no.— negué con la cabeza.

– ¿Por qué?

– ¡Ni siquiera Jaebum oppa quiere que viva contigo! — aclaré.

– ¿Jaebum oppa? — preguntó divertido.

– Sí, el oficial Im...

Rió.

– ¿Desde cuándo tanta confianza entre ustedes? — Mis ojos se abrieron a la par.

– E-eso no importa.— respondí nerviosa.

– ¿Te gusta el oficial Im? — molestó.

– ¡Qué! — casi grité, para luego mirarlo con el ceño fruncido.

– Disculpen, aquí está lo que ordenaron... — dijo el chico, dejando nuestro pedido sobre la mesa.

– Gracias. — dije.

Honey y yo comenzamos a beber de nuestras tazas.

– No sé quién te gusta más, si Minho o el oficial Im...

¡Estúpido! Me atraganté con el capuchino y comencé a toser. La poca gente que había comenzó a mirarnos de forma extraña, ya que no podía parar de toser.

– Lo siento, ¿estás bien? — preguntó Honey mientras se acercaba a mí — ¿Quieres ir al baño? — asentí y me guió hasta la puerta del baño. — te espero en la mesa.

A los pocos segundos dejé de toser ¡Me ha hecho pasar la vergüenza de la vida! Tomé aire hasta calmarme completamente y así estar segura de que no volvería a toser, luego volví a la mesa con mi amigo.