Abrí los ojos lentamente, me molestaba la luz que había frente a mí, era blanca y pareciera que estuviera mirando directamente el sol. Desvié la mirada hacia un costado con los ojos entrecerrados antes de haber quedado ciega. Un olor extraño inundó mis fosas nasales, una mezcla entre limpieza y suero. Muchas voces se escuchaban a lo lejos.
— Hola...
¿Qué?
Giré la cabeza hacia mi costado izquierdo, percatándome de la presencia de Minho. Sujetaba mi mano con firmeza, quizás preocupación, tal vez cariño, no lo sé, no lo pude descifrar en el instante.
— ¿Dónde estamos? — balbuceé apenas.
Sentí mi boca seca, necesitaba urgente beber agua para hidratar mis labios.
— En el hospital. Te desmayaste en la facultad, por eso te traje. Le hablaré a la enfermera — se levantó de la silla en dirección a la puerta.
Antes de que saliera giré mi cabeza con algo de brusquedad, logrando que un pinchazo se produjera justo en mi cien. Me quejé internamente, cerrando mis ojos por el dolor.
— Minho — lo llamé.
— ¿Hmm?
— ¿Puedes traerme agua? — pregunté, recibiendo un asentimiento por parte del contrario.
Dios, quiero irme. Ni siquiera recuerdo como llegué aquí.
A los pocos minutos, una enfermera entró a la habitación.
— Al fin despertó, lleva toda la tarde dormida — habló mientras sostenía una agradable sonrisa.
¿Tanto tiempo? Comenzó a examinarme los oídos, ojos, tomó mi temperatura, latidos, en fin, revisó muchas cosas. Minho llegó y me acercó una botella con agua, bebí lo suficiente para sentir como mi cerebro volvía a funcionar con normalidad y a sentirse vivo otra vez.
— Sólo sufrió una descompensación ¿Estaba frustrada o alterada antes de su desmayo? — preguntó la mujer.
Ni siquiera puedo recordarlo. Vienen a mi mente pequeños flashback en donde discutía con Minho.
— Eso creo — respondí.
— Bien, ya te puedes ir Soyoon.
Mostré una leve sonrisa en respuesta. La mujer se despidió de Minho, y éste hizo una pequeña reverencia. Pensé que tendría que quedarme en este hospital por lo menos una semana, por lo que me sentí feliz al saber que ya podía irme a casa, bueno, a la de Minho.
— ¿Nos vamos? — dijo, mientras me ayudaba a levantarme con cuidado.
De pronto recordé que estaba enojada con él, así que me solté de su agarre y me dispuse a caminar sola. Sentí como el chico bufó y comenzaba a seguirme fuera del hospital. Llegué hasta el auto, no tenía dinero para un taxi por lo que no tenía más opción que irme con el "enemigo". Entré y me senté de copiloto, tratando de darle la espalda a mi acompañante. Pude notar que de camino a casa Minho me observaba de reojo.
Llegamos a la casa, lo ignoré durante todo el trayecto. Comencé a caminar a la habitación, pero como siempre que trato de escapar de los problemas que tengo con él, me lo impidió tomando mi brazo sin nada de sutileza. Algo aturdida me volteé para encararlo, realmente me estaba sosteniendo fuerte, y dolía.
— Yoonie, debemos hablar.
¿Es una estúpida broma? Justo en estos momentos lo que menos quiero es tener una conversación con él.
— Suéltame. Me duele — dije, pasando la mirada desde sus ojos hasta su agarre.
Al percatarse de que estaba siendo brusco, y de que me estaba dañando, supe que hablaba en serio sobre tener una conversación, porque solo aflojó el agarre, no me soltó.
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𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]
Fanfiction¿𝗖ó𝗺𝗼 𝘀𝗲 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿í𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗳𝗲𝗹𝗶𝘇? 𝗔𝗹𝗴𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘀𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗯𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗲 𝗷𝗼𝘃𝗲𝗻 𝗰𝗼𝗻 𝗰𝗮𝗽𝘂𝗰𝗵𝗮. 𝗗𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗵𝗮𝗰í𝗮 𝘂𝗻𝗼𝘀 𝗮ñ𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗽𝗿𝗲𝗴𝘂𝗻𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗹𝗼 𝗺𝗶...