𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]

9

Ya voy de camino al departamento de Minho.

La noche anterior fue muy extraña para mí, primero por lo que pasó con Minho y luego por lo que pasó en casa de Seunghun.

El señor Kim estaba muy molesto porque nuevamente habían roto su ventana. La señora Kim estaba nerviosa y angustiada porque no sabía que era lo que sucedía, pero de algo estaba segura, su esposo estaba metido en problemas. Seunghun y yo mientras tanto, no teníamos la mínima idea de lo que estaba ocurriendo, tratamos de descifrar el papel que venía junto a la roca pero no pudimos.

"Deja en paz a mi familia,e Kim"

Le pregunté a mi amigo si él estaba metido en algún lío del que debería enterarme pero me lo negó, así que supongo que se debe al señor Kim estos "ataques" que han tenido.

– Señorita, hemos llegado.

La voz del conductor me sacó de mis pensamientos.

– Oh, sí. Gracias. — dije, mientras le acercaba el billete.

Bajé del taxi y me quedé de pie en la acera frente al edificio donde vive Minho, miré hasta el último piso donde se supone que está el penthouse y suspiré pesado antes de entrar al lugar.

Saludé al conserje, me dirigí al elevador y marqué el piso 13. Comencé a jugar con mis manos debido al nerviosismo. Vería a Minho por primera vez luego de haberme escapado de su casa. El elevador comenzó a ascender y yo sólo quería morderme las uñas. Llegué al piso 13, las puertas se abrieron dejándome a la vista la pequeña estancia que daba a la casa de Minho. Toqué el timbre a duras penas y a los segundos la puerta fué abierta por la persona a la que más temía en estos momentos.

– Pasa — dijo. Caminé hasta el interior para dirigirme a mi habitación, pero rápidamente Minho se interpuso en mi camino. — ¿Dónde estabas? — preguntó — responde, Min. — agregó con voz firme.

– En casa de un amigo...

– ¿De tú amigo el estúpido?

– Seunghun no es estúpido.— defendí.

– Aléjate de él.

– No.

– Hablo en serio Soyoon, aléjate de él. Todo lo que te está pasando, él tiene la culpa.

– ¡Mentira! — grité.

– ¡Es verdad, tienes que creerme! — alegó.

– ¡No le voy a creer nada a un lunático como tú!

Oh, oh. Cerró sus ojos y los volvió a abrir para mirarme furioso.

– ¡No soy un puto lunático! — gritó.

– ¡Sí lo eres! — recriminé. — ¡Sólo mira como te pones!

– ¡Y cómo quieres que esté si me tratas mal siempre! ¡Maldita sea! ¡Todos en este puto mundo me odian! — sus ojos se aguaron.

Ya, bien. Creo que mis palabras lo hirieron de verdad. Quizá me pasé... ¿Un poquito?

– Lo siento...

– ¿Ahora lo sientes? — rió sarcástico. — el daño ya está hecho Min.

¿Está jugando conmigo o lo está diciendo de verdad?

– ¿Hablas en serio o estás jugando conmigo?

– ¿Por qué todo para tí es un estúpido juego? — cuestionó. — Nunca había hablado tan en serio.

Se sentó en el sofá decaído. Me senté a su lado y lo miré con una expresión que le demostrara que estaba dispuesta a escucharlo.

Creo que necesita a alguien que lo escuche, se nota a mares que tiene algún problema.