Lunes.
– Buenos días. — saludé.
Mientras preparaba el desayuno, vi como Minho se acercaba hasta la isla que había entre la cocina y el comedor, sentándose en la silla y apoyando su frente en la superficie de la isla. Levantó la cabeza para mirarme, se notaba que aún tenía sueño. Muchas ojeras. Quizá ni siquiera durmió, como yo.
– Buenos días... — bostezó.
– ¿Dormiste bien?
– No, no lo hice... — su voz sonaba apagada.
– Ya veo...
– ¿Y tú? No te veo bien. Supongo que tampoco lo hiciste.
– La verdad es que no. No pude cerrar los ojos en toda la noche — revolví las verduras en la sartén para luego apagar la llama de la estufa.— el desayuno está listo.
Se levantó en busca de platos y palillos y yo llevé la comida. Nos servimos para comenzar a comer. Sólo podíamos escuchar el sonido de los palillos chocar en los platos.
– ¿Salgamos hoy después de clases? — propuse.
– Tengo planes. Y tú tienes que ir a trabajar.
Cierto.
– ¿Qué planes?
Vaya, la curiosidad me está matando.
– Cosas.
– ¿Qué cosas?
Algo me dice que está conversación terminará mal.
– Mierda — murmuró, pero alcancé a oírlo. — cosas Soyoon, cosas. No me preguntes más ¿Bien?
– ¡Oh, vamos! ¿Dónde ha quedado la confianza?
No respondió, sólo siguió comiendo. Pasaron unos minutos para que termináramos de comer.
– Tengo que ir a practicar.
– ¿Ahora? — pregunté extrañada.
– Ahora no, tonta. Después de clases.
– Ahhhhh... ¿Qué debes practicar?
– ¿Si te digo la verdad dejarás de hacerme tantas preguntas que me sacan completamente de quicio, de las cuáles hacen que me provoquen unas putas ganas de echarte de mi casa y dejarte tirada en un lugar despoblado? — preguntó, arrugando su nariz.
Al captar lo que dijo, abrí mis ojos de la impresión.
– Sí.
– Bien. Entonces, practico baile — soltó — Fin. De. La. Conversación — recalcó. — Me voy.
Se dió media vuelta en dirección a la salida. Abrió la puerta y lo vi marcharse. ¿Se habrá dado cuenta de qué está en pijama aún? Miré los platos.
– Supongo que tendré que lavar yo.
Llevé los platos al fregadero para lavarlos. En eso escuché la puerta abrir, por lo que miré en esa dirección. Vi a Minho entrar totalmente molesto, creo que se dió cuenta de que estaba en pijama.
– Apresúrate si no quieres caminar. — habló mientras iba hacia su habitación.
Terminé de lavar y fuí hasta el sofá para tomar mis cosas. Minho venía de vuelta.
– ¿Te lavaste la cara? — pregunté.
Me apuntó con el dedo índice y fué hasta el baño. Escuché como se cepillaba los dientes también. Espero que no se duerma mientras conduce.
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𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]
Fanfiction¿𝗖ó𝗺𝗼 𝘀𝗲 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿í𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗳𝗲𝗹𝗶𝘇? 𝗔𝗹𝗴𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘀𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗯𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗲 𝗷𝗼𝘃𝗲𝗻 𝗰𝗼𝗻 𝗰𝗮𝗽𝘂𝗰𝗵𝗮. 𝗗𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗵𝗮𝗰í𝗮 𝘂𝗻𝗼𝘀 𝗮ñ𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗽𝗿𝗲𝗴𝘂𝗻𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗹𝗼 𝗺𝗶...