𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]

20

Una semana después...

Me había alejado completamente de Minho y de Seunghun, no contestaba los mensajes de ninguno de los dos, por lo que prácticamente era una chica solitaria. Con el pasar de los días me hice amiga de una compañera, su nombre es Dayeon. Nos tocó hacer un trabajo práctico juntas, gracias a eso comenzamos a hablar más y ahora nos hicimos amigas.

Sigo viviendo con Jaebum, mis padres vinieron a visitarme para ver como me encontraba y así poder conocer al chico que me hospedaba en su casa. Les pareció un buen tipo, ya que era educado, amable y, además, era un oficial de policía.

En la universidad me encuentro con Minho en nuestra clase común y de vez en cuando en los pasillos. En clase puedo notar como no aparta la mirada de mí y eso me da cierto grado de incomodidad. Yo en serio lo quiero, pero sentía que sus comportamientos no eran los adecuados y eso me molestaba en demasía.

— Soyoon — sentí como movían una mano cerca de mi rostro — tierra llamando a Soyoon...

Levanté la vista viendo como Dayeon se sentaba frente a mí en la cafetería.

— Lo siento, estaba pensando...

— En Minho — volteó a mirar hacia atrás, encontrándose con la mirada del chico — si tanto lo extrañas y quieres, entonces vuelve a hablarle, no seas idiota y te quedes aquí como si nada — dijo, una vez que volvió a mirarme.

— No es tan fácil Dayeon — fruncí los labios de manera triste — se supone que al alejarme de él yo sería más feliz pero pasó todo lo contrario.

Apoyó los codos en la mesa y luego posó su barbilla en sus manos.

— Es fácil, Yoonie — suspiró—... A tí te gusta Minho y aunque me lo niegues, yo sé que es verdad — iba a hablar pero ella me interrumpió —. Tú también le gustas, se nota por la forma en que ustedes se miran. Siempre que nos tocaba nuestra clase en común yo los observaba, analizaba cada movimiento y de verdad parecían una pareja, una linda pareja — asintió levemente —... No sé el tras fondo de cual sea la relación que tengan, pero si de algo estoy segura es que ustedes dos se aman. No seas idiota como para dejar ir al chico que amas Soyoon.

Bien, sus palabras me dejaron sorprendida ¿Tanto se nota que me gusta? Viéndolo desde ese punto de vista, tenía toda la razón. Quizás debería volver a hablarle, pero yo me despedí de él y mi orgullo dice que siga ignorándolo.

— Tengo que irme, hablamos después ¿Sí? — la chica asintió, por lo que me levanté dejando la bandeja junto a las otras.

Mi cabeza dolía mucho, mi mente solo me hacía pensar en distintas cosas, sentía una mezcla de emociones y yo solo esperaba que nadie se cruzara en mi camino. Al estar afuera de la facultad, divisé la camioneta de Jaebum para comenzar a caminar hacia allá.

— Yoonie — esa voz, esa mísera voz que justamente en estos momentos no quería escuchar — debemos hablar.

— No quiero hablar contigo ahora — seguí caminando, pero me detuvo sujetando mi brazo.

Me di media vuelta pero noté como su expresión cambió de serena a preocupada.

— Estás sangrando —dijo, sacando un pañuelo de su bolsillo para entregármelo.

Lo tomé y puse rápidamente en la nariz, tratando de detener el fluido que escurría.

— Tengo que irme — hablé, yendo hasta la camioneta. En serio que no tenía ganas de hablar, mi cabeza dolía y estaba hecha completamente un desastre como para decir algo coherente.

— ¿Ese idiota te golpeó? — preguntó Jaebum cuando me subí al vehículo.

— No, él jamás me ha golpeado...

— ¿Entonces...?

— Oppa llévame a casa, me siento mal — rogué en un susurro, sintiendo como mis ojos se cerraban y perdía la conciencia.

No sé exactamente que hora era, lo único que logro recordar es que estaba en la camioneta de Jaebum antes de perder completamente la conciencia. Estaba oscuro y ni siquiera había podido ir a trabajar en la cafetería. Me senté en la cama y un dolor en medio de la frente comenzó a hacerse notar.

— ¡Jaebum! — llamé, esperando a que el nombrado viniera hacia mi habitación.

— ¿Qué pasa Soyoonie?

— Me duele mucho la cabeza ¿Tienes alguna pastilla que pueda quitarme el dolor? — cuestioné, alzando un poco la vista para mirarlo.

— Lo mejor es que vayamos al hospital... No es normal que tengas sangrados tan frecuentes de nariz y menos que tengas dolores insoportables de cabeza, ven — me sujetó de los brazos para ayudarme a ponerme de pie —... Te llevaré ahora.

Al decir esto, no esperó ni un segundo en guiarme hasta la camioneta, dejando la casa cerrada para luego subir al vehículo y conducir al hospital. Cuando llegamos al lugar, me ayudó a ir hasta la sala de urgencias donde me atendieron en pocos minutos.

Tuve que explicarle mis síntomas a la enfermera, quien después trajo al doctor consigo para explicarle mi situación. El hombre no se veía relajado, de hecho se veía algo preocupado y eso logró ponerme nerviosa.

— Doctor... ¿Ocurre algo? — pregunté con algo de temor en mi rostro.

— Tu situación y síntomas me dan una idea de lo que puedes tener —el mayor suspiró levemente—... Espero que esté equivocado y sea algo menor. Te tomaremos algunos exámenes ahora y dentro de dos días debes venir nuevamente, porque tendré los resultados revisados y listos. Por ahora te voy a pedir reposo absoluto hasta que tenga el diagnóstico, no quiero que te arriesgues a nada.

Sus palabras no me calmaron, ahora estaba muy preocupada por lo que podría llegar a tener. El doctor me entregó una licencia médica y luego me llevaron a una sala para hacerme los exámenes de sangre. Al finalizar, con Jaebum volvimos a la camioneta con el fin de regresar a casa. Una vez allí me recosté en mi cama en posición fetal, sintiendo como algunas lágrimas escapaban de mis ojos.

— ¿Quieres un té? —dijo el chico— ¿Yoonie?

Pude sentir su peso al sentarse en la cama. Se recostó tras de mi y me abrazó, me sentía pequeña entre sus brazos.

— Tranquila Yoonie —susurró— todo va a salir bien...

¿Por qué sentía que iba a ser todo lo contrario?

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