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Sábado.

Desperté con ánimo después de una semana bastante desagradable. Seunghun ya fue dado de alta ayer, por lo que fui a visitarlo a su casa. Aún tenía algunos hematomas que, con el tiempo, y una que otra crema, se borrarán. Pude sentirme feliz por un momento al volver a verlo sonreír. Su sonrisa de dentadura perfecta y reluciente que siempre me llenaba el corazón.

Llevo cuatro días viviendo en la casa de Minho mientras encuentro un nuevo hogar, y hoy cenaremos con su madre, eso me pone los pelos de punta, no quiero que piense que soy su novia o algo así.

He estado yendo y viniendo de la comisaría, el oficial Im me llama para hacerme más preguntas y cosas por el estilo. Realmente ya me estoy hartando.

Los atentados hacia mi persona, dejaron de ocurrir desde el día del incendio, pero no se si preocuparme o alegrarme por eso. También mis padres me han estado llamando todos los días y cada ciertas horas. Sólo quiero cambiar de número de celular.

– Yoonie...

– ¿Hmm?

– ¿Qué deberíamos cenar? — preguntó desde la puerta.

– No lo sé Minho, no conozco los gustos de tu madre. — respondí con sinceridad.

– Yo tampoco — sus labios formaron una linea recta — no quiero que venga — desordenó su cabello. — siento que, siento que te va a espantar.

¿Qué? ¿Por qué dice eso? Ni que su mamá fuera un monstruo o algo así.

– Qué estás diciendo... — reí. — no seas idiota.

– No quiero recibirla mientras tú estás aquí. — dijo con un semblante serio.

– ¿Entonces me voy? — pregunté, con la mano en el pecho haciéndome la ofendida. — ¿Me estás echando?

– No estoy diciendo eso.

– Lo estás diciendo, pero no literalmente.

– Mentira.

– Bien, entonces... ¿Se puede saber porque piensas eso?

– Porque ella te va a alejar de mí. — reí.

– Te dije que no me iba a alejar de ti.

– Lo harás.

– Que no, hombre. Te lo prometo.

– Lo harás.— aseguró.

– No. — respondí.

– Sí. — afirmó.

Miré el techo de la habitación mientras sonreía: estás loco... — dije, sin darle mayor importancia.

Sentí como su respiración se volvió más agitada y pesada. Voltee a mirarlo un tanto preocupada y lo vi con el rostro completamente rojo debido a la furia que apoderaba su cuerpo.

– ¡Maldita sea! ¡No estoy loco! ¿Entiendes? — gritó, lanzando un golpe a la puerta logrando romperla un poco, y haciendo que de sus nudillos comenzara a salir sangre. — ¡No estoy loco!

– Minho, c-cálmate...

– ¡No! ¡Maldita mierda! ¡Los odio a todos! — cerró la puerta de mi habitación de un gran portazo, dejándome sola y completamente anonadada.

¿Qué fue lo que pasó?

Es la tercera vez en la semana que ocurre lo mismo. Pero no solo conmigo.

Lo vi reaccionando así en la universidad, frente a otros chicos. A uno lo llegó a golpear, si no es por otros estudiantes, probablemente le hubiera molido la cara a golpes.

𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora