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– ¿Qué pa...?

Me hizo callar poniendo su dedo en sus labios.

– Te vienen siguiendo Soyoon... — susurró.

¿Qué? ¿Siguiendo? Sabía que no estaba loca.

– Pero, ¿Quién?

Me quedé helada y no por el frío.

Dos hombres de un metro noventa aproximadamente estaban parados en la única entrada y salida de este callejón, sin dejarnos siquiera un espacio para escapar.

– ¿Quiénes son ustedes? — pregunté.

– Tranquila... — dijo uno de ellos con una voz calmada que sólo provocaba más miedo en mí — sólo queremos jugar contigo...— sonrió de medio lado.

– Aquí las únicas personas que jugarán con alguien son la policía con ustedes.— escupió mi acompañante, llevándome con su brazo tras él.

– ¿Los llamarás? Oh, vamos... Ni siquiera alcanzarás a sacar tú teléfono.— dijo el de la derecha con burla.

Sin decir más, Seunghun sacó su celular para marcar a la policía. Lamentablemente su teléfono fue arrebatado de sus manos y lanzado lejos.

Mierda... Estamos en serios problemas.

Uno de los tipos golpeó el rostro de Seunghun, quién cayó al piso con su nariz sangrando.

Lo vieron en el piso quejándose para luego venir hasta mí, tomándome por el cuello así logrando que mi cuerpo  estuviera apegado a la pared. Mis pies no tocaban el piso y el aire comenzó a faltarme. Uno de ellos sacó una navaja y la acercó a mi cuello, haciendo que mi cuerpo se llenara de temor.

Seunghun se levantó del piso y saltó a la espalda del que me sostenía, tratando de ahorcarlo con su brazo. El grandulón me soltó dejándome caer, aún con el otro apuntando mi cuello con la navaja.

No sé cómo, pero mi amigo cayó en el piso, siendo rápidamente golpeado con fuertes patadas en el estómago por parte del grandulón. Seunghun se retorcía y quejaba del dolor que sentía, posando sus manos en la zona golpeada.

– ¡Honey! — grité, con lágrimas en mis ojos.

– ¡No te vuelvas a meter o tendremos que matarte a ti también! — escupió el hombre en dirección a mi amigo.

Nuevamente me tomó por el cuello y volví a quedar en la posición que estaba anteriormente.

– Tu cabeza quedará linda colgada en mi pared...

– ¡Ajhushi!

Los hombres al igual que yo volteamos a ver de dónde provenía la voz. Un chico con capucha negra levantó lentamente la cabeza, dejándonos ver su rostro y facciones.

– Tu cabeza quedará linda en mi pared y tu cuerpo tres metros bajo tierra.— continuó el chico.

Su mirada era penetrante, causando escalofrío en todo mi cuerpo. Despegó la vista por un segundo de los tipos malos para mirarme. Nuestras miradas chocaron y sentí que el tiempo se detuvo. Me olvidé de todo. De la situación en la que me encontraba hasta de Seunghun tirado en el piso. En el lugar sólo eramos él y yo.

Pero se acabó.

Él volvió a mirar a los grandulones, olvidándose de mí.

–Déjenla si es que no quieren morir ahora mismo.— habló con voz autoritaria.

El de la navaja dejó de amenazarme para ir a reírse en la cara del chico, ahora amenazándolo a él. Sentí mi cuerpo volverse débil por la falta de aire.

𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora