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Domingo.

Miré la hora en mi celular, las 12:26 pm. Me levanté de la cama para ir al baño a lavarme la cara. Luego fuí a la habitación de Minho con entusiasmo, toqué la puerta pero no hubo respuesta. Abrí de ésta de forma lenta, asomando mi cabeza para percatarme de que él no estaba. Extrañada, decidí entrar a la habitación, sentándome en la cama al darme cuenta de que Minho tarareaba una canción en el baño de su cuarto. Decidí esperarlo, de seguro estaba lavando sus dientes.

Pasaron unos minutos y la puerta del baño fué abierta. Ambos nos observamos con los ojos abiertos a la par, los dos estábamos sorprendidos.

– ¿Qué haces aquí? — preguntó Minho, exaltado.

– ¡Quería hablar contigo! — desvié la mirada. Minho había salido recién de la ducha, tenía envuelta una toalla blanca en su cintura, dejando ver su torso desnudo y levemente marcado.

– ¿No podía ser en otro momento?

– ¡No sabía que te estabas duchando! ¡Pensé que cepillabas tus dientes y que tenías la ropa puesta! — cubrí mis ojos con mis manos.

– Bien, deja esa timidez. En algún momento esto iba a suceder — se acercó a mí para quitar mis manos.

Debido a que tenía la cabeza gacha, fuí subiendo la mirada, desde la punta de sus pies, pasando por las rodillas que eran cubiertas por la toalla, luego avancé rápidamente hasta su ombligo ya que no quería mirar mucho donde estaba cubierto, seguí subiendo por su abdomen, el cual me detuve a contemplar por unos segundos más, después llegué a su pecho, clavículas, cuello, labios, nariz y ojos, dónde me detuve por otros segundos ¿Su mirada? posada en la mía como si no hubiera un mañana, mi mente se descontroló y de mi estómago sentí una sensación extraña.

Y comencé a pensar. La pregunta de hace apenas unos días comenzó a rondar mi mente "¿Te gusto?". Quizá Minho me gusta, tal vez no lo quiero como un amigo pero, tengo miedo de que si llegamos a ser algo más, nuestra relación se arruine y ya no nos hablemos más. Siento que estamos bien ahora.

Me puse de pie, observando aún más (si es que se podía) esos ojos café oscuros, casi negros. Posé mis manos en su pecho y levanté levemente mis pies, para darle un tierno beso en los labios.

No sé porqué lo hice.

Él se separó de mí, mirándome confundido. Me entristecí debido a su acción, por lo que me separé de él.

– L-lo siento... — formulé, para luego salir de la habitación.

Corrí hasta la mía, encerrándome en ella. Maldición, eso no pudo pasar, no debió haber sucedido. Sumergida en mis pensamientos me senté en el escritorio de la habitación en posición fetal, abracé mis rodillas y sumergí mi rostro en mis brazos.

– ¿Por qué hiciste eso Soyoon? — hablé en voz alta. — ¿Con qué cara lo vas a mirar ahora?

– Con la misma de siempre...

Levanté la vista para encontrarme a Minho apoyado en la puerta.

– ¿Hace cuánto estás ahí?

– Desde el ¿Con qué cara lo vas a mirar ahora? — imitó mi voz. — no es para tanto, fué un beso tonto, sólo olvídalo... Ahora... Cámbiate de ropa, saldremos.

Un beso tonto, sólo olvídalo. ¿Cómo se supone que podría olvidar algo así? Sobretodo cuando yo tomé la iniciativa. Además ni siquiera le gusto, hice el ridículo, como siempre.

– ¿Adónde iremos?

– Es un secreto.

– Vístete — hablé mientras apunté su torso con mi barbilla.

𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora