Minho aparcó el auto en el estacionamiento subterráneo de un edificio. Desabrochó el cinturón de seguridad y acercó su mano a la puerta con intención de abrirla, pero lo detuve al instante.
– ¿Qué? — preguntó.
– ¿Por qué me ayudaste? — fui directo al grano, nada de rodeos. Quizá de esta forma me responda — me habías dejado en claro que no te importaba si me ocurría algo. — expliqué.
Suspiró pesado para luego voltear a verme, sacándose el cubrebocas.
– ¿Tú crees de verdad, qué te iba a dejar ahí para que hicieran cualquier cosa contigo?
Abrí mis ojos de la impresión. Es la primera vez que Minho me responde una pregunta. Ahora no sé realmente que decirle.
– Y-yo...
– Calla, ¿Sí? — me interrumpió, volviendo la vista al frente — No quiero que me respondas... — ¿Entonces para qué pregunta? — tengo sentimientos Soyoon. No soy tan mierda como crees para dejarte ahí sabiendo que algo te podía pasar... ¡Maldición! ¡El solo hecho de imaginarme a esos tipos haciéndote algo me vuelve... me vuelve...! ¡Ah! ¡Me dan ganas de matarlos!
Tragué duro después de escuchar sus palabras. Tras esa confesión quedé boquiabierta, sin saber que responder.
– No pienso eso de tí. No creo que seas una mierda, Minho. — dije con voz calmada.
– Oh, claro que sí — agregó, con una sonrisa sarcástica — ¡porque eso es lo que piensa todo el mundo de mí!
– Yo no pienso eso...
– Pero pronto lo harás — me miró a los ojos — la gente siempre habla de mí sin siquiera conocerme, Yoonie... — Dios, me pone mal verlo de esta forma...— realmente espero que tú no les creas nada...
Se acercó a mí para desabrochar mi cinturón de seguridad. Prosiguió abriendo la puerta del copiloto para que yo pudiera bajar del auto. Luego, abrió la puerta de su lado, tomó mi mochila junto al bolso y lo seguí hasta llegar al elevador, donde marcó el piso 13.
Una vez llegado a nuestro destino, las puertas se abrieron a la par dejándome sorprendida. No había un pasillo con varias puertas, sólo había una pequeña estancia de dos metros cuadrados y una puerta moderna de color gris. Minho salió del elevador dándome un leve empujón para que lo siguiera. Al lado de la puerta, había una especie de pantalla de ocho pulgadas aproximadamente.
El chico junto a mí, tecleó algunos números en la pantalla y, colocando la palma de su mano en ella, la puerta frente a nosotros se abrió.
– Bienvenida a mi casa.— dijo, mientras cruzábamos la puerta.
Quedé boquiabierta al ver la modernidad del lugar. Realmente pensé que vivía en una posilga o en un departamento similar al mío, pero realmente me equivoqué, es todo lo contrario a lo que imaginé.
– ¿Esto es un penthouse? — pregunté, mientras miraba el interior del lugar.
– Sí.
– ¿Y es tuyo?
– Sí. Deja de preguntar ¿Bien? — volteó a verme de forma seria — ven, sígueme. — con su mano libre tomó la mía.Comenzó a guiarme por la sala de estar, caminamos por el pasillo y abrió una de las tantas puertas que pude ver.
Allí, frente a mí, había una habitación bastante amplia y bonita, pintada de un color gris claro y con un gran ventanal que daba salida al balcón. Cómo ya era de noche, las luces de la ciudad resaltaban y hacían ver el lugar mucho más lindo. El aire fresco y frío golpeó mi cuerpo, por lo que tuve que volver a la habitación. Miré como Minho dejaba el bolso y la mochila en la cama para luego mirarme de vuelta.
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𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 [𝐋𝐞𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐡𝐨- 𝐬𝐤𝐳]
Fanfiction¿𝗖ó𝗺𝗼 𝘀𝗲 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿í𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗳𝗲𝗹𝗶𝘇? 𝗔𝗹𝗴𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘀𝘁𝗮𝗻𝘁𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗯𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗲 𝗷𝗼𝘃𝗲𝗻 𝗰𝗼𝗻 𝗰𝗮𝗽𝘂𝗰𝗵𝗮. 𝗗𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗵𝗮𝗰í𝗮 𝘂𝗻𝗼𝘀 𝗮ñ𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗽𝗿𝗲𝗴𝘂𝗻𝘁𝗮𝗯𝗮 𝗹𝗼 𝗺𝗶...