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Saskia giró la cabeza y miró a Xainne con sus ojos cargados de terror.

—¿Qué..., qué has hecho?

—Motivarlos. Ahora ya saben que conmigo no se juega.

Saskia volvió a ver a su mellizo llorando y gritando mientras se aferraba al cuerpo sin vida de su castaña.

—La has matado...

—Ella no iba a colaborar y tanto no iba a necesitarla... —Le quitó importancia.

Saskia miró a Blair, quién ahora había caído de rodillas al frente de Karteen y la miraba con los ojos bien abiertos, sin poder creerlo.

Saskia volvió la vista al suelo y miró sus manos.

—Esto es lo que pasa cuando creces fuera del mundo mítico, Saskia... Ahora estas dentro de este mundo, y sabrás que aquí todo es más injusto de lo que has experimentado con los humanos.

—Pero hay una diferencia.

—¿Qué?

—En el mundo de los humanos sólo soy una adolescente... —Saskia levantó la mirada de sus manos hacia él. —Pero en el mundo mítico soy la bruja más poderosa.

Antes que alguien pudiese sujetarla, Saskia corre hacia Karteen apresurada. Empuja a Cole con tal de llegar hacia ella más rápido.

Y coloca sus manos en ella.

.

.

Despierta de un salto cuando la alarma suena, se lleva su cabello hacía atrás cerrando sus ojos. Estira su mano hacia su teléfono y lo desconecta del cargador apagando la alarma.

Se dejó caer tranquila contra la almohada y cerró sus ojos intentando controlar los latidos tan rápidos y veloces de su corazón.

«¿Así fue cuando me sacrifiqué?» pensó.

Respiró hondo abriendo los ojos y mirando el techo.

Mierda.

Luego de despertarse, comenzó a preparar un veloz desayuno mientras gritaba para que los niños se levantaran. Sally fue la primera en aparecer con pasta de dientes en la nariz, y la marca de la almohada en su mejilla. Isaac la siguió, solo le tomó dos segundos sentarse en la mesa y dejar caer su cabeza para seguir durmiendo ahí

Luego de prepararlos los llevó a sus clases y luego condujo a su trabajo. La rutina siempre era igual pero con la ausencia de Jack todo parecía tornarse más abrumador, ser madre soltera era agobiante, todo debía encargarse ella.

Y aunque los niños pasaban mayor tiempo con ella desde siempre, Jack pensaba en ellos y también los cuidaba a distancia, hablaba con Saskia en la noche sobre sus comportamientos y en las cenas siempre disfrutaba estar unidos a ambos.

Y ahora se sentía exhausta por el simple hecho de que debía ocupar el lugar vacío que Jack había dejado.

Miró el papeleo en su oficina y luego suspiró con agobio. Amaba su trabajo pero cuando comenzaba a transformarse en una obligación que sólo hace que sientas una soga en el cuello era... Frustrante.

—Buenos diiiiiiiiiiiasss.

Saskia levantó la cabeza y sonrió hacia Andy quien entraba a la oficina.

—Buenos días Andy. ¿No es muy temprano para ser enviada aquí?

Andy sonrió como angelito.

—En realidad solo pedí ir al baño. —Le quito importancia con la mano. —Vine a saludarte.

—Oh... —Alzó sus cejas, sorprendida. —¿Por qué?

Selcouth [LIBRO I Y II] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora