Selcouth [LIBRO I Y II]

07

Muchas veces Saskia se había sentido observada. Y eso, tranquilamente, comenzó a sentirlo al rededor de sus dieciséis años, cuando las puertas del aquelarre se abrieron y automáticamente descubrió junto a su mellizo que no todo era como parecía.

Pero, ¿Quién iba a pensar que quién la observaba era ella misma?

Observó la sala con nostalgia, tocó un pupitre al lazar y pasó las manos por al frente de un alumno al lazar que escribía lo que profesora Gryn escribía en la pizzara, sin inmutarse en ella, no tardó mucho en razonar que ellos no podían verla.

La puerta se abre de pronto, y alza la cabeza encontrándose con una versión más adolescente de ella misma, con la respiración agitada y juntando unos libros contra su pecho. Mientras que a su lado Cole estaba acomodándose el cabello que por culpa del casco se le había hecho una maraña.

«—Los hermanos Hewitt tarde, que sorpresa. —Escuchó hablar a la profesora.

—Tuvimos un accidente en el camino. —Mintió Cole, llevando una mano a su cintura. —Atropellamos a una embarazada.

—Es un excelente alumno pero pésimo mentiroso, Hewitt. Siéntense ya.»

Observó con sorpresa como Cole bufaba y Saskia sonreía avergonzada caminando hacia sus mesas. Pesé a que ella estaba lejos pudo escuchar que su conversación seguía:

«—¿Atropellar a una embarazada? —Le susurró Saskia riéndose por lo bajo. —¿No tenías otra excusa?

—Tenía dos opciones y esa fue la más creíble.

—¿Cuál era la otra?

—Bueno... había pensado decir que nuestra madre está enferma pero luego recordé que somos huérfanos.»

El dolor de cabeza creció drásticamente, se sujetó de su frente unos segundos cerrando sus ojos. Cuando los volvió a abrir, estaba en otro lado.

Miró las paredes confusa, era su antigua casa. La casa donde creció.

«—Les pediré que sean abiertos de mente. —Su tío Paul los mira suplicante. —Me está costando muchísimo decirles esto, por favor colaboren.

—Lo que quieres decirnos que somos brujos.»

Gimió del dolor cayendo de rodillas al suelo, cuando lo hace ve que el recuerdo se esfuma y el piso debajo de ella se tiñe de otro color de baldosas, al igual que la estructura del lugar cambia totalmente.

«—Lo entiendo. ¿Eres el papi-bruji, no?

Blair puso mala cara.

—Se nos dice líder.»

Se sujetó la cabeza con ambas manos y aguantó la respiración agarrándose de la cabeza con ambas manos.

«—¡Definitivamente no nos haremos eso! —Escuchó la voz de Cole, pero no abrió los ojos para verlo.

—¡No somos caballos al cual marcar!

Cada vez que escuchaba una voz su dolor se intencificaba. Se presiono con fuerza de las sienes como si aquello fuese a disminuir su dolor.

«— Sabia que los vampiros algún día volverían a Louisville.»

Abrió los ojos al escuchar la voz de Blair, pero el recuerdo fue tan fugaz que se encontró en otro.

«—Ya no soy una bruja inútil ¿Eh?» Recordó decir divertida.

Se puso de pie débilmente, se apoyó de una pared para mantenerse parada. Quiso decir algo pero el dolor no la ayudaba a concentrarse.