Selcouth [LIBRO I Y II]

04

-Un líder no es quien obliga a tomar decisiones o somete a sus leales, un líder enseña, prospera y piensa en el avance del aquelarre sobre todo lo demás. Y es para mi un honor... Recibirlos en el aquelarre

Saskia abre los ojos de pronto y sintió como se ahogaba con su propia saliva. Se sujeto del cuello con dolor sintiendo como su garganta se comprime.

Intentó girarse sobre la cama para llegar a su mesa de luz donde siempre dejaba un vaso de agua pero no se dio cuenta que era el final de la cama cayendo al suelo sobre la alfombra.

Se llevó ambas manos a su pecho intento aspirar pero no lo logró. Cuando levantó la vista vio como Jack salía del baño con una toalla en la cintura y su torso desnudo y corría hacia ella.

Le puso el vaso de agua en la boca, Saskia pudo tomar solo dos tragos antes de comenzar a tocer de nuevo.

Poco a poco se fue relajando, y Jack le seguía haciendo caricias en la espalda mirándola con precaución.

-¿Estás bien? -Preguntó cuando ella se calmó.

-Tuve un sueño horrible.

-¿Pesadillas de nuevo?

Asintió con la cabeza y él le sonrío ayudándola a sentarse sobre la cama nuevamente. Ella se sentó y él quedó arrodillado entre sus piernas.

-Me asustaste.

-Lo siento. -Llevó un mechón de su cabello hacia atrás.

Desde niña Saskia sufría de pesadillas que eran tan feas que cuando despertaba tenía taquicardia o se mareaba. A los diez años decidió compartir habitación con Cole así evitar que ella despertara sola y Cole siempre la vigilaba. Él se despertaba por el más mínimo ruido por la costumbre de estar alerta a Saskia.

Aún así, ella no solía tener muchas pesadillas de adulta y cada vez que despertaba siempre estaba sola para calmarse. Era algo extraño que Jack estuviera despierto, ella podía gritar aún a su lado pero él nunca se despertaría.

-¿Estabas tomando una ducha? -Miró su cabello mojado y torso desnudo.

-Oh, sí. Debo irme en una hora.

-Pero hoy es sábado.

-Lo sé amor, haré horas extras.

Saskia lo miró confundida.

-La empresa cierra los sábados, Jack.

Él frunce las cejas.

-¿No me crees?

-No es cuestión de confianza, sino de lógica.

-Cariño, ya te he dicho donde estaré. -Tensa su mandíbula. -Deja de juegos y vuelve a la cama, duerme un poco más.

Besó cascamente su mejilla y luego se puso de pie para meterse al cuarto de lavado.

Intentó seguirlo pero Jack le cerró la puerta.

Decidió ir al lavado del pasillo para cepillar sus dientes y lavarse el rostro. Se ató el cabello en un moño alto y salió. Al bajar las escaleras encontró a los mellizos en la cocina.

-¿Qué hacen despiertos?

-Te notamos tensa así que hicimos pastelitos. -Levantaron la fuente.

Saskia les sonrío encantada.

-¡Tengo los mejores hijos del mundo! -Cantó. -Prepararé sus chocolatadas y desayunamos juntos en el patio. ¿Qué les parece?

-¡Sí!