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Jack estaba sentado en su oficina, se frotaba la nuca, la frente y se rascaba constantemente el tobillo por encima de su pantalón de traje. Estaba sudando en frio, tenía taquicardia, comenzaba a respirar con ligera dificultad. Las paredes lo asfixiaban y sentía constantemente una ansiedad recorrerle y la pregunta de "¿Dónde está Saskia?" Invadía su cabeza cada dos por tres.

"Ella está bien." Se repetía mentalmente. "Es culpa de la etapa de celo, está bien. Controlate."

Miró el plano con exasperación, y luego volvió a frotarse la nuca y repetir el patrón. Sacó su celular dispuesto a llamarla pero se detuvo y aspiró profundamente.

"No, no la controles." Se repitió soltando el teléfono. La puerta suena y efectivamente la puerta de su oficina se abre, era Griselda, su asistente.

-Señor, tiene la visita.

-Si no contesto el teléfono es porque no quiero recibir a nadie, Griselda. -Le dijo con amabilidad. -Dile que estoy ocupado.

-Pero...

Antes que pudiera continuar, es apartada bruscamente por Karteen quien entra a la oficina con su típico aire de grandeza. Griselda le iba a pedir que saliese pero Jack le hizo una seña y ella comprendió saliendo. Al final se quedaron solos. El olor a vampiro casi lo hace hacer una mueca pero embosco una sonrisa a boca cerrada disimulando.

-Buenos días. -Saludó formalmente.

-Buenos días señorita...

-Snow. Pero ¿No fingiremos que también me olvidas, no? Ese es papel para Saskia,

Jack tensó su mandíbula, era un mal momento definitivamente. Karteen lo afrontaba cuando tenía una guerra dentro, al final decidió no discutir y sentarse en su silla. Karteen se sentó frente al escritorio que los dividía y miró con aire de grandeza y diversión su alrededor.

-¿Me ofrecerás algo para tomar, Jackie?

-Claro. ¿Veneno, ácido...?

-Que feo tratas a tus clientes. -Se indignó. Miró aburridamente su escritorio. -¿No me mostrarás tu portafolios, Jackie?

-Sí estás interesada en construir algo te enviaré a otros de mis colegas para que tomen tu pedido, yo no soy el indicado.

-Bien. ¿Ellos me dirán que rayos hace un asqueroso e inestable hombre lobo con una bruja sin memoria?

-¿Disculpa?

-Venga, no te hagas el idiota que con personas como tú tengo de experiencia. -Se inclinó hacia atrás, jugando con la silla. -¿Me respondes la pregunta o debo ir a buscar una pelota y lanzártela para que me la traigas? A lo mejor eres un perro obediente.

-No sé qué has venido a decirme pero te advierto que...

-Que eres inestable. Sí, lo sé. Tienes suerte que no soy ninguna tonta. Pero no te confundas ¿Eh? A mi atacame todo lo que quieras, desde hace años no me entretengo jugando con alguien.

-¿A qué has venido?

Karteen se acuesta fingiendo pensarlo mucho, miró el cielo y emboscó una sonrisa.

-No sé, vine a invitarte a ver el ocaso, para hacer algún picnic bajo la luna. ¿Pará qué crees que vine, Jackie? -Enfocó sus ojos en él inclinando su cabeza.

Jack aspiró profundamente, su tranquilidad la irritaba. Apestaba a sangre, y una fragancia que desconocía. Quería que se fuese lo más rápido posible o sino no dudaría en atacarla para que lo hiciera.

-No sé qué quieres hacer aquí, pero estamos en un lugar público. Hay mundanos merodeando.

-Sí, tenemos que ser silenciosos. -Se inclinó hacia adelante -¿No crees que cuando las cosas se hacen silenciosamente salen mejor, Jackie?

Selcouth [LIBRO I Y II] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora