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Saskia debía pasar por casa antes de ir a buscar sus niños, había derramado café en su chaqueta y presentía que tenía el periodo así que debía hacer una breve parada.

Cuando llegó a la casa, se quito el abrigo y caminó hacia el lavado, luego de revisarse —No, al final no le había llegado el periodo—, salió y fue en busca de su bolso, sin embargo estaba atravesando la sala cuando notó que la puerta se abría y era Jack.

—¡Cariño!

—Mi amor. —Besó sus labios. —¿Los niños? He salido de la reunión tan rápido como pude, casi corriendo. Cerré contrato con los Silverman, diseñaré la casa de sus sueños en un pueblito llamado Melltith.

—¡Deberíamos festejar! —Lo abrazó. —Los niños están con Blair, no he podido conseguir a nadie que me contestara y él estaba disponible...

Noto que había arruinado el ambiente mediante cada palabra que decía, de pronto, se sintió avergonzada y juzgada. Se aclaró la garganta y se movió en su lugar sintiendo con Jack cada vez la mira con más intensidad.

—¿Ese tiene a mis hijos? ¿Es en serio?

—Tuvieron un episodio, no podía dejarlos ahí...

—¡Hubieses contratado a una niñera!

—¿A último momento? Le confío más a mis hijos a él que a una niñera contratada sin entrevista cinco minutos antes.

—¿Cómo se sentiría si yo dejara a los niños con mi mate?

—¿Mate? ¿Qué es mate?

Jack se pasó las manos por el rostro, Saskia se sintió mal por no comprenderlo.

—Lo siento. —Se disculpo, avergonzada. —Aún no... No entiendo bien todo esto de... Ya sabes, sobrenatural.

—¡No te centres en eso, Sas! —Sonó desesperado. —Son mis hijos, y prohíbo que estén solos con ése tipo.

—¿Es una broma? —Se ríe. —No es un desconocido. Ó sea, sí, lo es, pero antes al parecer no.

—Te acompañaré a retirarlos y que sea la última vez.

Saskia frunció la nariz, disgustada pero Jack no le dio tiempo a reprochar que volvió a agarrar las llaves e ir hacia la puerta de salida. Saskia se quedó ahí parada con disgusto, no, eso no le agradaba.

—¿Qué esperas? —Jack apuntó la puerta con la cabeza. —Vamos.

—Dijiste que la agresividad se va con la etapa de celo. —Murmuró. —Y no se ha ido.

Jack parpadea perplejo, hasta relajar sus hombros y mover su cabeza de un lado a otro, estaba cada musculo de su cuerpo estaba tenso, incluso sintió su mandíbula apretada.

—No estoy siendo agresivo, amor.

—Me gritaste, y no sólo eso sino que utilizaste el poder sobre nuestros hijos para decirme con quien debe o no estar. No creas que dejaré eso pasar, Jack.

—Tienes que entenderme. —La sujeto de la mano. —¿Qué harías tú si un ex amor cuida a nuestros niños?

—Ahora me siento idiota al decir que confiaría en ti. —Sonrió, pero esta vez de manera irónica poniendo los ojos en blanco.—Porque al parecer tú no confías en mí.

—No digas tonterías.

—No le digas tontería a una inseguridad.

—Pero... Amor, —Frotó sus brazos. —¿A qué se debe tanta defensiva?

Selcouth [LIBRO I Y II] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora