Maraton 1-2
Saskia tenía trabajo de sobra, miró los expedientes llenos y llenos apilados sobre su pequeño escritorio.
Su oficina en el instituto de niños de Louisville era algo pequeña pero acogedora. Saskia habia acomodado todo a su antojo, de hecho, habia cosas personalizadas, había cuadros.
Los cuadros eran la mayoría con Jack y sus hijos. Por una extraña razón no encontraba fotografías de su niñez y adolescencia.
La única fotografía que encontró era una de ella con un vestido azul claro, una coronilla de flores de colores en la cabeza y sostenía un cartel que decía "Fiesta de Primavera".
Aún así, no le gustaba la foto. El cartel estaba de costado y lo sostenía con una sola mano, como si del otro lado hubiese alguien también sosteniendolo. Alguien invisible, porque al fin de cuentas se había borrado la persona y ahora, sólo ella estaba.
La puerta de su oficina suena, Saskia levanta la cabeza de su papeleo.
-Pase.
La pequeña y adorable figura de Andy se asomó por ésta.
-Buenos días, Andy. ¿Me buscabas?
-Sí, quería hablar contigo.
Se sentó en el escritorio. El escritorio contenía un frasco lleno de dulces al cual la mayoría Saskia devoraba ella misma. Tenía debilidad por los dulces.
-¿Qué sucede? -Consulta.
-No tengo amigos. -Puso sus ojos en blanco. -Todos me creen algo... Abrupta.
-¿Abrupta?
-En mi humilde opinión no es mi culpa que todos sean super sencibles. ¿Eh?
-Según me ha contado la directora has hecho llorar a dos maestras en un mes.
-Tengo pruebas de que no fue mi culpa. -Puntualizo.
-¿No? ¿Cuáles?
-Mírales la cara y lo sabrás, tienen cara de llorar hasta porque les llegó el periodo.
-¿De dónde sacas tanta personalidad? -Le sonrió con dulzura. -Tienes mucha personalidad, Andy. Todos aquí lo hemos notado.
-Mi padre dice que soy igual a mi madre, pero no me quejo, nos llevamos fatal porque somos iguales y bueno, chocamos fácilmente y no nos tenemos paciencia. Pero me quiere ¿Eh?
-Ya veo... -Buscó con la mirada la planilla de Andy. -En la fiesta de ayer has venido sola. ¿Mamá y papá no pudieron acompañarte?
Ella la quedó mirando unos segundos.
-Sí, supongo. Trabajan mucho.
-¿Y eso te molesta?
-Tiene sus ventajas. -Murmuró. -Me aburre ser solitaria ¿Sabes? Soy hija única.
-Yo igual. -La apoyó. -Pero eso no significa que estés sola. Yo no me siento sola, sé que aunque soy hija única estoy rodeada de seres queridos.
-Ah. ¿Tus padres también trabajan mucho como los míos?
-No exactamente. -Evadió la pregunta, sentía que el trabajo había cambiado de roles, se sentía en un interrogatorio. -¿Crees que tu personalidad abrupta es la que te distancia de los demás?
-Probablemente. Sino no lo entendería, soy inteligente y preciosa.
-La arrogancia en niños no es muy común.
-No soy una niña común. -Resumió. Y no mintió. -He conocido a tus hijos ayer, son... Interesantes.
«Y raritos» Pensó.
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Selcouth [LIBRO I Y II]
FantasiaBlair Van Ewen es el líder del aquelarre más importante, el excelente brujo al cual su aquelarre permite únicamente a los brujos más poderosos. La familia Hewitt se conoce por haber sido uno de los brujos más importantes mundialmente, tanto por habe...