Selcouth [LIBRO I Y II]

25

Sus ojos se encontraban con un brilloso y casi monstruoso amarillo que podría asustar a cualquiera, por otro lado, Blair no se vio intimidado en cogerla de las mejillas y obligarla a que lo mire para así asegurarse de que estuviese bien.

—Bienvenida de vuelta. —Le dijo cuando intercambiaron miradas

Y Saskia sonrió.

Se enderezó en su lugar con ayuda, Cole la ayudó a sentarse colocando una mano en su espalda baja. Saskia mediante más parpadeos más se le iba yendo el color amarillento en su iris.

—¿Issac? ¿Sally?

Hunter había alzado a Issac, Anna a Sally, ambos estaban inconscientes en sus brazos mientras que Nathan murmuraba un conjuro sosteniendo la mano en el aire frente a sus rostros a escasos centímetros de distancia.

—Están bien. —Su padre comunica. —Se desmayaron por el desgaste.

Saskia se puso de pie, por las dudas Cole mantenía sus brazos a su alrededor atento por si debe sujetarla.

Ella intenta avanzar, tan solo realiza un paso que su cuerpo, tal como si se hubiese apagado con un interruptor, se apaga haciendo que ella cayese en sus brazos.

La ataja con suma facilidad, la carga en un movimiento veloz haciendo que Saskia inconsciente apoye su cabeza en su pecho.

Blair se acercó a examinarla mientras Cole la cargaba.

—Si, desgaste. —Le llevó el mechón de su pelo detrás de la oreja. —Puedes llevarla a su habitación. Necesita descansar. Andy, ¿Cómo te encuentras?

—Dolió. —Respondió la pequeña frotándose el brazo mientras Cole salía de la habitación junto a Saskia.

—Lo hiciste bien, fuiste rápida. —Karteen le dice estirando sus brazos para alzarla. —Digna Snow.

Hunter salió de la habitación cargando al pequeño y al mismo tiempo Anna lo siguió. Blair le frotó la cabeza en consuelo a Andy.

—Ve con ellos, yo hablo con tu madre.

Andy suspira, en otro momento se quedaría a escuchar o al menos insistir en quedarse pero se sentía muy cansada por lo que simplemente se puso de pie y fue hacia la salida de la habitación frotándose un ojo.

Cuando ambos estuvieron solos, Blair habló:

—Déjame chequearte.

—Saskia encontró la solución sin matarme.

—Déjame verte por las dudas.

Karteen suspiró pero cogio una silla tirada por ahí y la coloco para poder sentarse en medio de todo el caos. Blair, alzó sus manos y las sostuvo sobre sus sienes mientras Karteen miraba su alrededor de forma aburrida.

—Por un momento creí que iba a morir.

—Yo te hubiese sacrificado.

Karteen le pone mala cara.

—¿Sabes...? Si algo me pasara, me gustaría que fueses tú quien ayude a Andy.

Blair arrugó la nariz.

—Nada te pasará, Karteen. Las hijas de puta suelen ser inmortales.

—Promete que si algún día algo pasa, serás el padrino de Andy.

—Lo prometo.

Karteen sonrió más aliviada. Debia admitir que solían llevarse bastante mal pero por momentos ambos se soportaban.