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La habitación estaba en total silencio, el ruido de la lluvia caer por la ventana era algo que mantenía el ambiente relajado. Afuera, había una gran tormenta con mucho viento y granizo, hacían buen contraste con el ambiente cálido de la casa donde Saskia se encontraba.

Saskia mantenía las duras palabras de Jack en su mente, se repetían constantemente. Su esposo, su amor juvenil y amor de toda la vida era solo un conjunto de mentiras. Podía perdonar y dejar pasar el hecho que había convertido a su familia en un grupito de mágicos lobos híbridos, sin embargo, el hecho de sentirse utilizada y manipulada era tan desgarrador que le presionaba el pecho con dolor constante.

¿Todo era una mentira?

No le dolia la pérdida de su amor, sino le dolia la pérdida de un buen compañero. Saber que al mismo tiempo se quedaba sin el compañero que la apoyaba en todo, criaba a sus hijos con completo amor y preparaba la cena para tener más momentos familiares.

No pudo evitar también pensar que mientras ella vivía un momento envidiable de ensueño, Jackson mientras tanto sentía que perdía el tiempo, quizá la sentía como una pesada intensa, una molesta que no se apura a crear una solución a su problema.

El trueno sonó al mismo tiempo que ella se encogió asustada en el sofá abrazando la manta. Blair apareció con el chocolate caliente y lo depositó frente a ella en la mesa de cristal decorada con las flores que Jackson le había regalado hace unos días y también algunos cuadros de los niños.

—¿Tienes miedo?

No quiso mirarlo, se sentía avergonzada de haberse desmoronado frente a él de forma tan ridícula. Llorar hasta que los ojos se hinchen y su rostro enrojezca no era algo muy normal en ella.

—¿Por qué lo tendría? —Respondió cogiendo la taza de chocolate caliente que Blair le había extendido.

—Te dan miedo las tormentas eléctricas, los truenos y relámpagos te generan pesadillas.

El fantasma de una sonrisa se posó en sus labios y Blair no pudo evitar pensar que rota y triste aún sonríe como ninguna.

—¿Te lo ha dicho Cole?

—El día siguiente de que nos olvidaste hubo una tormenta... Cole lloró toda la tormenta diciendo que no podía estar contigo para consolarte y seguro estabas sola en la casa teniendo pesadillas.

—Cole debe odiarme. —Frotó su ojo, limpiando algunas lágrimas. —Todos ustedes debieron odiarme. Tan preocupados esperándome y yo sin saber de sus existencias.

—No fue algo que quisiste que suceda. Te sacrificaste por Karteen, jamás ninguno de nosotros sería capaz de odiarte.

—¿Qué sucedió después? De ese día solo recuerdo alguien llamado Xainne hablarnos, no entiendo bien qué dice pero todos estábamos tensos y rodeados... Despues sentía frío, mucho frío y recuerdo correr... dolor... Y ya no recuerdo nada más que eso.

—Te desmayaste. Al despertar tenías memoria, bajaste a desayunar, estábamos todos esperándote... Cole estaba dormido cuando comenzaste a desconocernos, solo bastaron minutos para que te asustemos y Cole te haga dormir para así poder irnos sin darte un susto antes.

—Desearía poder utilizar mi magia y saber ordenar mis recuerdos por mi misma. —Miró la chimenea, frustrada.

Pero, justo en ese momento, el fugaz recuerdo de haber escrito algo pasa tan rápido por su mente que se queda helada en su lugar, deseando volver a poder recordar y saber que era aquel flash back.

El teléfono de Blair sonó y él se levantó a atender yendo a la cocina.

Saskia se quedó mirando la alfombra pensativa y el recuerdo volvió a su mente de forma rápida, pero esta vez al menos entendió que era ella, de noche, escribiendo al lado del ventanal de su habitación de libros, con una vela utilizando de luz.

Selcouth [LIBRO I Y II] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora