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Sally sonrío cuando Saskia la acurrucó en su cama, y beso su frente. Isaac en la misma cama esperó ansioso su beso de las buenas noches.

—¿Seguro dormirán en la misma cama?

—Sí, mamá. —Respondió Isaac abrazando los cobija.

—¿Cómo la pasaron con la abuela?

—¡Genial! —Hablaron al mismo tiempo, notoriamente encantados.—¿Podemos ir más seguido?

—Por supuesto. —Les sonrío. —Quizá incluso podamos invitarla a que venga aquí, al abuelo les encantará ver la colección de autos que tienen en su cuarto.

—Mamá, ¿Qué pasó con nuestros otros abuelos? —Sally preguntó.

Saskia se sentó en el borde de la cama, dubitativa.

—Hace muchos, muchos años murieron. —Respondió. —Pero sé que nos están cuidando en el cielo.

—¿Los abuelos serán eternos?

—Lo dudo amor. —Le acarició la mejilla a Isaac. —Es por eso que deben ser amables con todos, nunca se sabe cuando estarán o no. ¿Entienden?

—Si, mamá.

—Hablaremos de esto mañana, pero ahora ya es tarde.

—¿Papá no nos dará beso de las buenas noches? Siempre nos lo da.

—Papá tiene trabajo. —Le sonrió. —Pero mañana háganle acordar que les debe un beso.

—De acuerdo.

—Buenas noches, amores.

—¿Mamá? —Llama Isaac. Saskia lo mira curiosa. —Hoy sucedió algo raro.

Saskia frunció sus cejas confusa, no habló pero les dedico una mirada llena de incógnitas.

—Hoy Sally estaba jugando en el columpio y los abuelos fueron a atender el timbre. Me quedé sola con ella, y... Ella se cayó.

—¿Te has hecho daño? —Preguntó de inmediato Saskia examinando con la mirada a Sally.

Ella negó, confusa.

—No. Caí de rodillas y muy fuerte, puedo jugar que sentí como me hacía un corte. Pero... No había ninguna lastimadura.

—Habrá sido el césped que amortiguó la caída.

—Eso no es todo. —Murmuró Isaac. —Cuando se cayó yo pude sentir el dolor de ella como si yo me hubiese caído.

—Niños... —Murmuró Saskia frunciendo las cejas.

—¡Lo juro, mamá!

Ella suspiró.

—Les creo, no hace falta que lo juren. Es tarde, duerman y quédense tranquilos, cuando despierten seguiremos hablando de esto. ¿Bien?

—Bien. Buenas noches mami.

—Buenas noches amores.

Se puso de pie y salió de la habitación cerrando la puerta. Fue a su sala de libros y cogió su laptop, miró hacia las estanterías y todo estaba absolutamente normal. Salió, cerró la puerta, bajó las escaleras y se sentó en el salón con el laptop en su regazo.

«Uniones de mellizos»

Escribió en Internet, comenzó a leer varios artículos hasta que de pronto llegó a uno en concreto.

«¿Los gemelos sienten dolor cuando el otro lo está experimentando? Es totalmente falso, lo que sucede es que experimentan un alto nivel de empatía ya que su lazo es mucho más intenso que el que comparten otros hermanos.»

Selcouth [LIBRO I Y II] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora