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Había dos cosas al cuales Cole temía.

La primera era la pérdida, volver a perder a su hermana y no poder recuperarla. Perder a su chica, su hija o sus amigos que consideraba familia. Nunca se sentiría listo a volver a sentir la amarga sensación en el pecho de un abandono, de sentir que en la misma cuidad se encuentra la persona que te causó tanta felicidad y no poder acercarte.

Y la segunda eran los gemelos.

Críos o no, igual aterraban hasta a Dios.

Cuando vieron que Saskia comenzaba a subir las escaleras, los niños por fin se giraron hacia Cole para crear un círculo de confidencialidad para contarle el plan.

—No puedes contarle a nadie. —Fue lo primero que dijeron.

Cole trago en seco, sin saber si era un pedido, advertencia, amenaza o qué. Tampoco quería quedar como el típico tío aburrido, tenía en cuenta que para los niños de su edad no estar en su plan malvado era ser un aburrido, y ya había hecho un gran paso al ser llamado tío como para ahora retroceder y ser llamado anticuado o pesado.

—¿Qué tienen en mente?

—Enseñanos a hacer magia.

Eso desconcertó a Cole, y luego sonrió nervioso.

—Su madre acaba de decir que no.

Los niños sonrieron inocentemente.

—Por eso te lo pedimos a ti, tío Cole.

—Su madre me matara...

—No si no se entera.

—Dejen de hablar al mismo tiempo, me están poniendo nervioso.

—¿Aceptas o no?

—Eh...

—Sí no aceptas volveremos con mamá y le diremos que no nos has tratado bien.

—Y yo le diré que son unos manipuladores.

—No te creerá.

—Soy su mellizo.

—Nosotros sus gemelos.

—¡No hablen al mismo tiempo!

—Solo queremos saber hacer algo.

—Sí su madre lo niega es por algo...

—Por qué está asustada ¡Pero nosotros no!

—Yo estoy asustado ¿y ustedes no?

—Nada puede salir mal si estamos juntos.

—Eso suena a frase de apoyo para alcohólicos anonimos.

—Vemos películas...

Cole suspiro mirando el techo y luego los miró resignado.

—Bien, pero si se entera su madre sabre que ustedes fueron los topos.

—Bien.

—¿Qué es lo que quieren saber?

—Como quitarle el dolor a mamá.

POR OTRO LADO.

Louisville estaba repleto de cambios climáticos, después de una friolenta tormenta había un día precioso donde el sol estaba tan fuerte que podría causar una insolación tranquilamente.

El clima estaba perfecto para dar un paseo, por la mente de Saskia se cruzó con el pensamiento de que quizá si tenía tiempo debía programar una salida al aire libre con los niños.

Selcouth [LIBRO I Y II] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora