Es el año 2167. El mundo está dominado por el género femenino. Hace años se descubrió una hormona a la que se dio el nombre de Isis. La hormona Isis, una vez introducida en el cuerpo humano, dotaba al usuario de una amplia gama de poderes.
Algunos usuarios desarrollaban poderes psíquicos, otros una gran inteligencia, una fuerza superior, habilidades mágicas, etc.
El único inconveniente es que la hormona Isis sólo era eficaz en personas con el cromosoma XX, es decir, en mujeres.
Con el paso del tiempo, cada vez fueron menos las parejas que decidieron tener hijos varones. Ser varón significaba estar en seria desventaja, y los varones se convirtieron en una rareza.
Esto supuso un problema a largo plazo. Al haber cada vez menos varones, cada vez más mujeres tuvieron que recurrir a la inseminación artificial si querían ser madres. Había almacenado suficiente esperma como para garantizar la reproducción humana durante mucho tiempo, pero cada vez había menos variedad genética.
Y había otro problema. El cromosoma Y era cada vez más débil y el esperma humano de peor calidad.
La solución que encontraron los distintos gobiernos fue "crear" individuos varones. Nadie quería condenar a su descendencia a vivir como un ser inferior, así que el Estado empezó a comprar embriones masculinos y a criarlos en orfanatos estatales para el mantenimiento de un mínimo de población masculina.
Así es como nació nuestro protagonista, en un orfanato, incubado en una incubadora artificial, cuidado por androides y educado por una Inteligencia Artificial. Nunca conoció a sus padres y apenas tuvo contacto con el mundo exterior.
Su historia empieza el día de su décimo octavo cumpleaños.
Orazio acudió a la cita programada por la IA. Era una cita con la Directora del Orafanato. Orazio estaba plantado frente a la puerta del despacho con el puño cerrado a punto de golpear la puerta. Estaba de mal humor y nervioso. Muy nervioso. Más nervioso que nunca en su vida. Vamos, que estaba a punto de sufrir un ataque de pánico.
Así que tuvo que respirar profundamente y entonces llamó a la puerta.
- Adelante – dijo una voz de mujer.
Orazio abrió la puerta y entró al despacho de la Directora.
La directora era una mujer flacucha, teñida de rubia. Pese a ser una de las pocas personas que Orazio había conocido en el Meatspace, le caía bastante mal. Era algo seca y sus sonrisas y amabilidad siempre le habían parecido a Orazio falsas y forzadas, como si estuviera interpretando un papel: el papel de la Directora del Orfanato de Benson.
- Siéntate – dijo la Directora sacando a Orazio de sus pensamientos - Tengo que decirte algo muy importante.Orazio creía saber lo que tenía que decirle. Se sentó de mala gana en la silla que había frente al escritorio de la Directora.
- ¿De qué se trata? - preguntó pese a intúir la respuesta.
- Se trata del futuro – dijo ella poniendo enfasis en la palabra futuro – Tu futuro.
Orazio estuvo a punto de resoplar malhumorado, en lugar de eso preguntó:
- ¿Que pasa con mi futuro?Para él el futuro siempre había sido algo relacionado con películas antiguas de Ciencia Ficción. Nunca había pensado en sí mismo en relación al FUTURO.
- Puede que tengas un futuro. Pero sólo si te pruebas a ti mismo hoy. Sólo si te lo ganas. - dijo la Directora sin dejar de mirarlo fijamente.
Ahora sí que resopló. Ni tenía ganas de pensar en el FUTURO ni de tener que ganarse nada.
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Orazio (Vol. 1) Orazio y la hormona Isis.
Science FictionAviso: Esta historia contiene descripciones sexuales bastante explícitas. Si eres menor o te sientes incómod@ con este tipo de lectura, no es recomendable que la leas. Es el año 2167. El mundo está dominado por el género femenino. Hace años se descu...