Una disculpa sincera

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Orazio reconoce inmediatamente la voz de la señora Johnson a través de los altavoces del dron.

Sra. Johnson: Señoras policías, soy la señora Johnson. Ese chico que tienen detenido es mi protegido. Les ruego que lo lleven a mi casa sin causarle más daño.

Las mujeres policías se miran entre sí.

Karina: ¿Qué coño quiere ésta?

Sra. Johnson: Les advierto que lo que están haciendo con ese chico es un delito grave. Les invito a que se comporten como miembros de la policía voluntaria y traigan al pobre chico a mi casa.
Karina: ¿Está hablando en serio?
Laila: Sí. Por supuesto que está hablando en serio. Esa zorra es la mentora de Orazio. Será mejor que hagamos lo que dice, no quiero meterme con una de esas ricachonas.
Karina: ¡Cállate!

Karina suelta la cabeza Orazio y camina junto a su compañera.

Karina: Igual es mejor que lo llevemos de vuelta.

Orazio sigue arrodillado y completamente desnudo, sin poder decidir qué hacer.

Karina: Venga, vale. Vámonos.
Orazio: (Sob)

Laila se acerca a Orazio y le agarra la mano.

Laila: Vamos, ponte la ropa y sube al coche. Vamos a llevarte con tu señora.

Orazio coge la ropa más cercana y se da la vuelta para vestirse. Se levanta lentamente, todavía está temblando de miedo. Laila le ayuda a terminar de vestirse y le ayuda a subir al coche de policía.

Orazio: Gracias señoras, nunca olvidaré esto.
Karina: Haz lo que ella te diga, es rica y poderosa así que estarás bien.
Laila: Tenías que habernos dicho antes que trabajabas para una señora importante.
Orazio: Bueno, acaba de salir.
Laila: Un chico guapo como tú no debería ir por ahí solo. Es buscarse problemas.

El coche de policía se pone en marcha.

Karina: Bien ¿Y cuál es el plan?
Laila: Lo llevamos a su casa y luego nos vamos.
Karina: Bueno, yo digo que le demos una paliza y nos llevemos su mierda y luego nos vayamos.
Laila: ¿Estás loca? ¿No sabes quién es la señora Johnson? Es muy poderosa. Podría jodernos de mil maneras. Lo llevamos a casa y punto.

El coche se detiene frente a la gran mansión.

Karina: Aquí estamos. ¿Esa es su casa?
Laila: Si, voy a buscarlo.
Karina: Ten cuidado.
Laila sale del coche y ayuda a Orazio a salir. Él sigue temblando.

Orazio: (Solloza)

Las dos mujeres policías acompañan a Orazio hasta la puerta de la mansión. La puerta se abre y aparece la señora Johnson, acompañada de dos androides de seguridad que Orazio no había visto nunca.

Sra. Johnson: (Suspiro)
Laila: Todo esto ha sido un lamentable error. Vimos al chico solo merodeando por el barrio y pensamos que era un ladrón. Han aumentado los robos en esta zona.
Karina: Y nosotras sólo intentábamos proteger el barrio.

Sra. Johnson: Lo comprendo, sólo estaban haciendo su trabajo. Será mejor que me ocupe del chico y dejemos atrás este desagradable asunto lo antes posible. Entra, entra. Pareces agotado. Entra.

Karina y Laila acompañan a Orazio al interior de la mansión y salen. Orazio está preocupado. La señora Johnson cierra la puerta de la mansión y coge a Orazio por el hombro.

Sra. Johnson: No te preocupes, cariño. No voy a hacerte daño.
Orazio: (Solloza)
Sra. Johnson: ¿Estás herido? ¿Estás herido?
Orazio: Creo que nada grave, pero... ¡me han secuestrado!
Sra. Johnson: (Suspiro) Te advertí.
Orazio: (sollozo)

Orazio (Vol. 1) Orazio y la hormona Isis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora