Orazio estaba tan nervioso que le temblaban las manos. En media hora tenía que estar en un hotel cercano para su primera extracción de semen personalizada.
Su cerebro funcionaba a toda velocidad sopesando los pros y los contras de la decisión que había tomado y cuanto más lo pensaba más grande era el nudo que sentía en el estómago.
Pero el tiempo se agotaba y si iba a hacerlo tenía que salir ya.
Miró la ropa de su armario. No había mucho donde elegir. Era ropa que le habían dado en el orfanato, vaqueros, sudaderas, camisetas.... No estaba seguro de que esa fuera la ropa adecuada para acudir a esa cita.
Apretó los puños tratando de calmarse. A la mierda, pensó. Se puso lo primero que vio y llamó a un taxi.
El taxi era un vehículo automatizado que funcionaba sin conductor. Orazio envió la dirección del hotel al navegador y antes de darse cuenta ya estaba allí.
Entró en el hotel. Un androide femenino, vestido de blanco, le dio la bienvenida y le acompañó a una habitación del último piso y se marchó dejando a Orazio solo frente a la puerta.
Orazio se frotó los labios con nerviosismo. Se dio cuenta de que si lo pensaba más no podría reunir el valor necesario para llamar a la puerta.
Golpeó un par de veces con los nudillos.
Unos tacones resonaron al otro lado acercándose a la puerta. Se abrió y apareció ante él una mujer.
- Hola -le saludó ella.
- Hola, soy Orazio -Pensó en añadir algo más, pero no se le ocurrió qué decir.
- Yo soy Grace. Pasa. ¿Quieres algo de beber? El minibar está bien surtido.
- No, gracias -respondió mientras entraba en la habitación y Grace cerraba la puerta tras de sí.
Grace se sentó en un cómodo sillón y lo observó durante unos instantes haciendo que Orazio se sintiera cada vez más nervioso.
- Entonces -dijo ella rompiendo el silencio-, ¿te sientes bien haciendo esto?
Orazio asintió con la cabeza.
- Sí, estoy bien - dijo mirando a la habitación.
Se sentía muy incómodo allí de pie frente a aquella mujer que acababa de conocer y que no le quitaba los ojos de encima, así que decidió sentarse a los pies de la cama.
- Eres muy joven -dijo Grace-. ¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?
Orazio se encogió de hombros tratando de aparentar una confianza que no sentía.
- No es tanto un trabajo como una forma de vida - dijo tratando de darse importancia.
Grace se mordió el labio mirándole fijamente.
- No - dijo ella - lo entiendo. No es sólo un trabajo. Es lo que eres.
Orazio la miró y asintió lentamente, aunque en realidad no estaba del todo seguro de lo que ella quería decir.
De repente, Grace se levantó del sofá y se acercó a él. Era guapa. Orazio pensó que seguramente habría tomado la hormona de Isis y se preguntó qué poderes habría obtenido.
- Eres un hombre interesante, Orazio -dijo ella sonriendo y, por alguna razón, Orazio se fijó en que llevaba brillo de labios.
- Gracias, señora. Está usted muy guapa. - dijo él tratando de ser galante.
Grace se sentó en la cama junto a él y le cogió la mano. Orazio casi la apartó sobresaltado por el repentino contacto físico mientras ella seguía observándolo con interés.
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Orazio (Vol. 1) Orazio y la hormona Isis.
Science FictionAviso: Esta historia contiene descripciones sexuales bastante explícitas. Si eres menor o te sientes incómod@ con este tipo de lectura, no es recomendable que la leas. Es el año 2167. El mundo está dominado por el género femenino. Hace años se descu...