El regalo de Esther

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De repente se abre la puerta de la habitación. Es la Sra. Johnson.
Parece amenazante.

La Sra. Johnson: (en voz baja) "¿Qué estáis haciendo vosotros dos?"
Orazia: "Nada, nos estamos preparando para salir de aquí".

Sra. Johnson: Ya veo. ¿Eres consciente de lo que has hecho?
Orazia : No, ¿de qué estás hablando?

Sra. Johnson: Casi provocas una pelea con la ayudante de la alcaldesa. ¿Estás loca?

Orazia: No pasó nada. La alcaldesa y esa Esther querían llevarse a Orazio y él no quería ir con ellas. Eso es todo.
Sra. Johnson: Bueno, has estado a punto de provocar un incidente grave. Yo me encargaré de esto. (A Orazio) Tú, ven conmigo.

Orazio mira a Orazia sin saber qué hacer.

Orazia: Siento haberte causado problemas.
Orazio: No pasa nada.

Orazio sigue a la señora Johnson a su despacho.

La señora Johnson toma asiento y se sirve una copa mientras Orazio se queda temblando.

Sra. Johnson: Esto es serio Orazio. (bebe)
Orazio: ¿Por qué me ha llamado a su despacho?.

Sra. Johnson: (bebe) ¿Eres idiota? ¿Cómo se te ocurre ofender así a la alcaldesa? Acaba de llamarme muy enfadada. Pagó mucho dinero en tu subasta. Sólo quería pasar una velada divertida contigo. ¿Era tanto sacrificio para ti?
Orazio: Lo siento. Por favor, yo sólo...

Sra. Johnson: (enfadada) Y para colmo, esa gigantesca criatura que tienes por novia estuvo a punto de provocar una pelea. ¡¡¡¡¡En mi casa!!!!!
Orazio: (Sollozando) Lo siento, no volverá a ocurrir.

Sra. Johnson: (se calma) Deja de disculparte. Sé que sólo has sido un estúpido. He conseguido calmar a la alcaldesa. Pero tienes que ir a su casa inmediatamente. No me gustaría estar en tu lugar ahora mismo. Será mejor que te comportes.

Orazio: (asiente con nerviosismo)

Sra. Johnson: Y antes de que te vayas. Habla con Orazia. Mañana tendrá que comparecer ante la alcaldesa y disculparse. Esperemos que con todo eso las cosas se calmen y no haya más consecuencias.
Orazio: ¿Me dará tiempo para prepararme?

Sra. Johnson: ¡No! ¡Por supuesto que no! Ve ahora mismo a hablar con Orazia y en cuanto la hayas convencido de que mañana tiene que ir a disculparse ve a ver a la alcaldesa. Ha enviado un coche para ti.
Orazio: Lo siento.

Orazio vuelve a su habitación donde le espera Orazia.

Orazia: (nerviosa) ¿Qué ha dicho?
Orazio: Tengo que ir a casa de la alcaldesa. Ahora mismo.
Orazia: (nerviosa) Pero... pero eso es imposible. Te matará.
Orazio: (tranquilo) No, no seas exagerada. No va a ser agradable, pero no me va a matar. ¡Es la alcaldesa! Sería mala prensa.

Orazia abraza a Orazio. "Si te hace algo malo te juro que..."
Orazia: (nerviosa) Te quiero.
Orazio: Ya lo sé.

Orazia besa a Orazio en la mejilla y lo abraza.

Orazio: Hay algo más...
Orazia: Si se trata de esa zorra con la que andas te juro que...
Orazio: No, no. Pero mañana tú también tendrás que venir a casa de la alcaldesa y pedirle disculpas.
Orazia: (parece preocupada) ¿Por qué?
Orazio: (suspira) Por lo de antes. Dice que estuvisteis a punto de empezar una pelea.
Orazia: (enfadada) ¡Pues no me voy a disculpar porque no he hecho nada malo!
Orazio: (tranquilo) No, claro que no lo hiciste. Pero creo que deberías disculparte de todos modos. La señora Johnson me ha dicho que es un asunto serio.
Orazia: (enfadada) ¿Serio? Es un maldito insulto para mí, ¡eso es lo que es! No me voy a disculpar por algo así.

Orazio (Vol. 1) Orazio y la hormona Isis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora