No nos pagan por divertirnos

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En cuanto se cierra la puerta, Rachel exige a Orazio que se quite los pantalones.
"¡Oye!" protesta Orazio.

"Tienes que bañarte", dice Rachel. "No creerás que voy a follar contigo con toda esa mugre encima".

Orazio accede a su petición.

Lucía empieza a buscar en las bolsas que ha traído, hasta que saca algo de ropa para Orazio.
"No me jodas Lucy" dice Rachel "¿Crees que tu ropa de enana le va a quedar bien?".

"¿Me estás llamando enana?" dice ella mirando a Rachel desafiante.

"Te estoy llamando idiota" dice Rachel. "Vamos nene" le dice a Orazio " Ve al baño, quiero ver cómo te duchas".

Orazio la obedece.
"Entonces", dice Orazio tratando de cambiar de tema "¿A dónde me lleváis?".

Raquel le observa mientras Orazio se mete en la ducha. "Eso depende", dice ella sonriendo con picardía.
"¿De qué?"
"De lo rápido que digas Beergovia".
"¿Me estás jodiendo?" Dice Orazio mientras el agua caliente se derrama sobre él.
"Todavía no". Dice Raquel y se echa a reír.

Tras un momento, Orazio se da la vuelta y se enfrenta a ella. "¿Era una pregunta trampa?"

Rachel mira a Orazio sin saber muy bien qué pensar. "Eres muy raro. Vamos, termina de ducharte".

Orazio termina y sale de la ducha bajo la atenta mirada de Rachel.

"Te lo dije Lucy" grita Rachel a su compañera que está en la habitación. "Este tío está muy bueno".

Orazio se seca "¿Me vas a dar algo de ropa para ponerme?" pregunta mientras tira la toalla al suelo.

"No", dice Rachel "Vuelve a la habitación".

Orazio vuelve a la habitación y Lucía lo mira sin poder ocultar su admiración.

"¿Qué te dije Lucía?", dice Raquchel "¿Está bueno o no?".

Esta vez Orazio se pone rojo.

"¿En serio te lo vas a follar?", dice Lucía con desaprobación.

"Me lo voy a follar y voy a disfrutar haciéndolo", responde una Rachel que sonríe seductoramente.
"Lo vas a joder todo", dice Lucía. "Nos pagan por entregarlo, no por pasarlo bien".

"Podemos hacer las dos cosas", dice Rachel mientras le hace un gesto a Orazio con la pistola para que se acerque a una de las camas. "Ponte cómodo".

Orazio se sienta en la cama y mira a las dos mujeres. Su cabeza no deja de dar vueltas a cómo escapar.

"¿Y si te ataca mientras te lo follas?", dice Lucía.

"No soy idiota, Lucía", dice Rachel. "Espósalo a la cama. Los pies y las manos".

Orazio intenta mirar detrás de él y ve las dos pistolas que le apuntan.

Lucía suspira y esposa a Orazio a la cama. Luego, con un par de cinturones, le ata los pies. Orazio gruñe de dolor.

"Está demasiado apretado", protesta.
"No seas marica", dice Rachel, será sólo una noche. "Se supone que debemos abusar de la gente de vez en cuando. Los mantiene a raya".

"Te mereces algo mejor que esto", dice Orazio.
"Vete a la mierda", dice una Rachel con cara de decepción, "Ahora vamos a divertirnos un poco. ¿Qué dices Lucy, nos lo follamos entre las dos?"

"¿Hablas en serio?" pregunta Lucy.

"Pfft", dice Rachel. "Mírame".

Rachel le entrega la pistola a Lucia, que mira a Orazio y luego a Rachel. "Bien", dice.

Orazio (Vol. 1) Orazio y la hormona Isis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora