No necesitamos una dommebot

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"¿No necesitamos un Dommebot? Entonces, ¿qué necesitamos?", dice Orazio.
"¡Una mujer de verdad!" dice Orazia con una sonrisa.

"¿Eh, y esa sería...?", dice Orazio.
"Tú, tonto", responde Orazia, sonriendo.
"Orazia, yo..."

Orazio no llega a terminar la frase. Sin ningún esfuerzo, Orazia le agarra la camisa y la desgarra, dejándolo desnudo de cintura para arriba.

"¡Ay!" grita Orazio. "¿Qué coño, Orazia?"

"Cállate" dice Orazia "No vuelvas a hablar sin mi permiso. Debería haber hecho esto mucho antes. Te dije que iba a ser yo quien tomara las riendas de nuestra relación. Pero no he sabido cómo tratarte hasta ahora".

"Vas a tener que explicarme todo esto Orazia, no lo entiendo", dice Orazio mientras las manos de Orazia van a su cinturón.

"Claro que lo entiendes", dice ella mientras le baja los pantalones y los bóxers. "Te quiero y no pienso perderte. Si tengo que tratarte como lo hacía la señora Johnson, lo haré".

Orazia tumba a Orazio en la cama y se sube encima de él.

"Mira Zio", le dice mientras empieza a restregarse contra él, "A partir de ahora me obedecerás sin rechistar. Voy a sacar tu 'tesoro' de esas pelotas. Esas bolas que ahora son mías. ¿Lo has entendido?"

"Sí", asiente Orazio.
"Bien", dice ella y le besa.
Orazia empieza a besarle por toda la cara, el cuello y el pecho, y procede a restregarse contra él.

"No estás lo suficientemente duro" dice Orazia manoseando su polla "quiero ver esa polla en su máximo tamaño. La conozco bien y no puedes engañarme".

Orazia empieza a besar y chupar sus pezones y luego baja.

"Chúpame la polla", dice Orazio de forma exigente.
"Tú no eres el que da las órdenes", dice Orazia. "Date la vuelta. Te voy a enseñar quién manda aquí".

Orazia agarra a Orazio del pelo y le obliga a darse la vuelta.
"Sepáralas", dice Orazia mientras le separa las piernas.

"No Orazia por favor, no quiero que nuestra relación sea así también", gime Orazio.

"Vas a ser mi vaquita", dice Orazia mientras le agarra el miembro y empieza a frotarlo de arriba abajo.
"¿Qué... qué quieres decir?", pregunta Orazio.
"Ya me has oído", dice Orazia mientras empieza a escupirle la polla, "Voy a ordeñar tu polla, vaca. Voy a ordeñar ese consolador máquina de semen".

Orazia empieza a escupir y a frotar aún más su polla y sus pelotas de lo que lo ha hecho.

La polla de Orazio se pone dura hasta el punto del dolor.

"Te voy a ordeñar", dice Orazia en tono bajo, "y te voy a follar tan fuerte que desearás ser una chica".

Orazio aprieta los ojos. "Orazia por favor..." sin embargo no se resiste en absoluto. A pesar de sus ruegos se encuentra muy excitado. De nuevo el deseo y la vergüenza luchan por hacerse un hueco en la mente de Orazio.

"¡Cállate!", dice Orazia obligando a Orazio a permanecer a cuatro patas. "Ya me he cansado de ser blanda contigo. La próxima palabra que salga de tu boca irá acompañada de un castigo".

Orazia agarra la polla de Orazio por detrás y empieza a pajearla a gran velocidad.

"¡Oh yeeeaaahhh!" gime Orazia.
"Orazia, para" gime Orazio. "Vas demasiado rápido. Me estoy corriendo".

Orazia se detiene y golpea el culo de Orazio. Intenta no usar demasiada fuerza, pero aun así Orazio deja escapar un aullido de dolor.

"¿Esto es lo que te gusta?", dice Orazia mientras le da otro cachete.

Orazio (Vol. 1) Orazio y la hormona Isis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora