Clase de gimnasia con Mrs. Carrillo

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Al día siguiente, Orazio es llevado al gimnasio de la señora Johnson.

La señora Johnson está hablando con otra mujer a la que Orazio no conoce. La otra mujer tiene unos cincuenta años, pero está en una forma increíble. Tiene el pelo corto y negro y no es nada atractiva.

Las dos mujeres dejan de hablar cuando se dan cuenta de la presencia de Orazio.

Sra. Johnson: Ah, ahí estás. Esta es la señora Carrillo, ella se encargará de tu entrenamiento.
La señora Carrillo mira a Orazio con cara de pocos amigos.
Extrañamente, se siente un poco nervioso ante ella.
Orazio: Bien...
Sra. Johnson: La señora Carrillo ha pagado una buena cantidad por tu formación, así que intenta complacerla.

Orazio: Un momento... ¿ella ha pagado?

La señora Johnson y la señora Carrillo miran a Orazio como si pensaran que es tonto.

Sra. Johnson: Claro, cariño. Tengo muchos androides que podrían hacer el trabajo perfectamente, no necesito contratar a nadie. Pero a la señora Carrillo le encanta entrenar a los chicos jóvenes y no puede permitirse mantener a uno a tiempo completo.

La señora Johnson mira intensamente a Orazio cuando dice esta última parte.
Curiosamente, él siente que su cara se pone roja.

Orazio: ¿Eh? ¿Qué quiere decir?
La señora Johnson decide ignorar la pregunta de Orazio y continúa hablando con la señora Carrillo.

Sra. Johnson: Está demasiado delgado. Quiero algo de músculo en esos huesos, pero sin pasarse, tampoco quiero uno de esos tipos enormes. Prefiero algo que sea "manejable".

Sra. CarrilIo: Te entiendo perfectamente, un poco de músculo está bien, pero tampoco me gustan esos cuerpos hipertrofiados. Prefiero algo intermedio.

Ambas vuelven a centrar su atención en Orazio.
Sra. Johnson: En general es un buen chico, pero de vez en cuando necesita un poco de disciplina.

Orazio: ¿Qué?
Sra. Johnson: Vamos Orazio, no te hagas el tonto, tú sabes mejor que nadie que necesitas ser disciplinado de vez en cuando.
Orazio: No, no lo creo. Quiero decir... ¡No he hecho nada malo!
Sra. Johnson: Y más vale que siga así.

La señora Johnson dirige su atención a la señora Carrillo.

Sra. Johnson: Pero tampoco nos pasemos con la disciplina, odio las marcas.
Sra. Carrillo: No se preocupe Sra. Johnson, tengo experiencia en ese tipo de cosas.

Ambas mujeres comienzan a hablar entre ellas mientras Orazio se limita a mirar confundido. No sabe qué está pasando exactamente, pero no le gusta cómo va la conversación.

Sra. Johnson: Bueno, os dejo solos. Orazio, pórtate bien y haz todo lo que te diga la señora Carrillo.
Orazio: Sí, claro.

Y con eso, la señora Johnson sale del gimnasio. Orazio se limita a mirar a la señora Carrillo, que ahora le mira muy intensamente.
Como no sabía qué ponerse, sólo lleva una camiseta larga y ropa interior. Ahora piensa que no ha sido la mejor de las ideas.

Sra. Carrillo: Es imposible que tengas algo inteligente que decir, habla sólo si te lo mandan.

Orazio: Sí, señora.
Puede sentir el aliento caliente de la señora Carrillo en su cara mientras habla.

Mrs. Carrillo: Cómo ya te ha dicho Mrs. Johnson me gusta entrenar a chicos jóvenes como tú. Es una pena que cada vez haya menos. Pero bueno, eso me permitirá centrarme exclusivamente en ti.

A Orazio no le gusta el cariz que está tomando la situación ni la mirada perversa que le dirige la señora Carrillo mientras le habla a escasos centímetros de su cara.

Orazio (Vol. 1) Orazio y la hormona Isis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora