Mudanza fútil.

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Dejó la última de las cajas sobre otras más grandes y agradeció el transporte que había contratado para la mudanza. El departamento fue invadido por sus pertenencias, las que se tomaría el día para arreglar. Había costado mucho que Jason le diera autorización, pero acabó por ceder.

Abrió el canil de Mika, a la expectante mirada de Ivadog. La gata pareció relajada, caminando directo a su nuevo sofá; y el perro la vio pasar, solo siguiéndola con la mirada. Le preocupó un poco Iva los primeros días, parecía triste e inquieto a la vez. Seguramente extrañaba a Conway, y ni siquiera recibía a la gente con alegría como antes; se sentaba en el portal y observaba con resignación. En cuanto a su mascota, pensó que la mudanza sería un problema, pero no parecía muy importante para ella donde vivieran mientras estuviese con él.

Se acercó a una de las pocas cajas que rezaba "frágil" en su costado y la abrió como pudo. Dentro había alcohol, eligió una de las botellas y se sentó frente al gran ventanal del departamento, apoyando su espalda en el sofá. Vodka parecía la solución a casi todo.

Mika busco su regazo para dormir, y Ivadog se recostó a su lado, allí donde Conway solía sentarse. La gata ronroneo, como un consuelo amigable; el perro sollozo, como un compañero de penas.

Esta no era la forma en que imaginaba la mudanza que Conway y él habían planeado hacer. Las cosas, tal como las pensaron, estaban truncándose poco a poco, como una planta que perece día a día. Trato de entender que era eso que estaban haciendo mal cada vez que intentaban acercarse. Trato de no darse por vencido de nuevo.

Dio un trago directo de la botella y dejó escapar el aire, luego. Sacó del bolsillo de su chaqueta una cajetilla de cigarrillos y encendió uno; después, dejó en el abandono del suelo al resto.

Desde que se lo llevaron, había tratado de sacar a Conway del Centro de Salud Mental. No le habían permitido siquiera hablar con él o darle alguna de sus cosas, prometiendo que ellos les proporcionarían todas las comodidades. No tenía el poder suficiente para acelerar los trámites y, por mucho que intento, no podía contactar con el CNI.

Esa tarde había vuelto a hablar con Rhys Kaleski, y de nuevo, recibió una negativa a cualquiera de sus peticiones. No querían decirles al menos como estaba Jack, siendo él su pareja. Frustrado, tuvo que sentirse aún peor. Greco se disculpó, sin antes decirle el porqué. Luego, le explico una serie de acontecimientos que había notado en Conway antes de la muerte de Ivanov, y más marcados, después de enterrar a su amigo.

- Volkov, Conway jamás estuvo del todo bien. Incluso olvidando por completo la prueba que nos pusieron; él pasaba por periodos en que no sabía dónde estaba, o incluso llegaba a no recordar eventos. No hablo de los retrocesos, hablo de pequeños detalles que estuvieron siempre pero decidimos ignorar.

Por alguna razón, aquella charla solo le enfureció. Le dijo a Rodríguez que él era el único loco y que Jack estaba perfectamente bien; quizás había pasado por experiencias duras y heridas de guerra demasiado profundas, pero no era un puto loco. Pero el alcohol ablanda las barreras que nos cubren del dolor, y la soledad nos hace pensar de más. Viktor también había notado esas señales, pero había tratado de ignorarlas a todas ellas.

A veces, Conway se quedaba mirando a la nada luego de escuchar alguna palabra en particular. Olvidaba recuerdos que resultarían importantes para otros. Se miraba frente al espejo, como tratando de ver algo más que su reflejo y respiraba con fuerza, como si acabará de correr una maratón. Alguna vez se le escapaba el nombre de su esposa, lo que entendió como algo normal; pero otras, llamaba "soldados" a sus agentes o hacía algún tipo de referencia militar, para luego tornar su mirada en desconcierto total. No había tenido muchos episodios como los de Jason, pero sí pequeñas trifulcas que se parecían mucho. Jack, a veces, daba miedo.

Era claro que la terapia a la que le enviaron en un principio, había removido algo en él. Quizás Jason solo hizo lo correcto para que explotará con más fuerza que nunca. De la misma forma en que le creyó inocente de matar a pandillas enteras, ahora había apostado por su cordura, siendo que ya conocía el resultado.

Viktor era estúpido. Un irracional buscador de la felicidad. Un puto loco.




Diariamente, debía tomar pastillas por la mañana y por la noche. Casi podía saborear de forma constante los químicos de tales medicinas. No tenía idea de lo que eran, pero sí recordaba haber visto al psiquiatra firmar por ellas. Vestía de blanco, no estaba tampoco muy seguro de por qué, pero eran ordenes de su superior que no podía rechazar.

Se preguntó si sus días cambiarían o se perdería de la vida en medio de la monotonía. Seguro los niños le extrañaban mucho. ¿Dónde estaría Ivanov?

Chasquearon los dedos frente a él, y provocaron que parpadeara repetidamente en sorpresa. Bajo su mirar hacía el tablero frente a él, con piezas blancas y negras dispersas por la cuadriculada superficie, bailando una danza muy precisa.

- Concéntrate, #1080.

Tragó saliva, y movió una pieza hacia adelante, sin levantar lo suficiente la mirada hacía su superior.

- ¿Quién es la Reina, #1080?

La información parecía huir de él, los nervios apoderándose de su control. Se mordió los labios intentando pensar y dijo.

- ¿El bebé?

- ¿Qué bebé?

- El que espera Julia –la respuesta pareció salir de su boca, pero no pasar por su cerebro en ningún segundo-. El hijo de Roy.

- ¿Y dónde está Roy? ¿No era él la Reina?

- Roy... -sopesó aquel nombre, mientras el otro movía una pieza hacía él- se fue a Los Santos con su hermano.

En su mente había imágenes de todo ello, había recuerdos creados de la nada misma y que cobraban sentido de una manera muy retorcida. A veces se sentía mareado, pero su superior afirmaba con la cabeza y eso significaba que estaba diciendo algo correcto.

- ¿Conoces a Volkov?

- El policía –dijo, moviendo la Reina de su lugar como pocas veces lo hacía.

Le costó soltar esta pieza en la posición que había elegido para ella, como si se arrepintiera de ello.

- ¿Dónde está Volkov?

- Muerto. Lo mato Greco. 

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