Desilusiones.

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Le había considerado un amigo, realmente lo hizo en su momento. Ahora miraba a sus ojos y solo veía a un desconocido. Trato de pensar en frío, pero ya no le era posible, había tenido suficiente de este sujeto. Quizás era demasiado estricto el pensar que la policía no podía tener ningún tipo de acercamiento con los criminales, tal vez era su hora de dejar atrás ese carácter que tenía. Pero no podía dejar de rondar a aquello que una vez le dijo Conway: "¿Qué sabes de él?"

No conocía mucho de Greco, porque no le gustaba preguntar. Y, sin embargo, su compañero conocía muchas cosas de él, y también del Superintendente. Nunca lo vio como una amenaza; pero ahora, abrazado a alguien que no dudaba en disparar a la policía por librarse de un delito menor, veía a Greco como un traidor.

Era su culpa por creer que las personas que se acercaban a él de manera amable, solo podían seguir siéndolo. Era su culpa pensar que todos sus compañeros serían como Ivanov o Conway.

Regreso a comisaría y ni siquiera anunció su 10-10, solo necesitaba salir de allí inmediatamente. Su celular sonaba insistentemente en el asiento del acompañante, llamadas de Comisario Rodríguez que no atendería, mensajes de voz que se almacenarían y serían borrados más tarde.

En otras ocasiones, sabría a quién llamar. Probablemente irían a un bar, quizás al casino, a divertirse y despejarse del estrés. Hoy, solo tenía un lugar para visitar. Subió hacía lo alto del cementerio, donde estaba la tumba de Ivanov, y de lejos vio a su superior.

- ¿Cigarro? –le ofreció Conway en cuanto le vio cerca.

Tomó uno de la cajetilla y Jack le prestó el suyo para que lo encendiera. Miraron la tumba en silencio por un rato, hasta que el mayor pregunto.

- ¿Qué te pasa?

- Nada, solo quería visitar... -fue interrumpido.

- Te conozco, Volkov. ¿Por qué fuera de servicio tan temprano? ¿Por qué estas angustiado?

No sabía mentirle, nunca supo cómo; y al contrario de sus habilidades, Conway sabía leerle muy bien en segundos. Le comentó sobre el operativo, el alerta, los peligros, los detenidos y el desenlace; como Greco eligió un lado, pero este no fue la resolución que Volkov esperaba.

- Creo que me siento decepcionado de alguien que consideraba mi amigo –sopesó en voz alta-. Ya ni siquiera sé si puedo confiar en él como compañero.

- Greco, hizo una estupidez, te diste cuenta de que no está a la altura –resumió-. Pensaste que eras igual de importante para él, pero no era así.

- Correcto.

Conway suspiró y se sentó en el césped, apoyando su espalda en la tumba de Gonetti. Le siguió, sentándose contra la de Ivanov.

- No intento alejarte de la gente cuando digo que no confíes en nadie, Volkov. Sé que las personas pueden ser buenas contigo hasta el final, y solo allí apuñalarte por la espalda –dijo, como si la vida le hubiese enseñado eso muchas veces.

- Le hable de mí, bebimos juntos, reímos juntos; creí que todo eso era real. Creí que...

- Habías encontrado a alguien como Ivanov –completo Jack-. Aún hay algo en ti que se siente vacío, e intentas buscar la pieza que mejor encaje; pero resulta que no existe –el cigarrillo en su boca se acabó, y tiró la colilla lejos-. Ivanov no va a volver, Volkov, tenemos que aceptar eso.

Su cabeza lo comprendía, pero su corazón se negaba a entenderlo. Había tenido el cuerpo de su amigo sin vida con él, entre sus brazos, cubierto de sangre; pero aún pensaba que era parte de una horrible pesadilla en medio de sus recuerdos. Anhelaba escuchas su risa, caer en sus bromas, burlarse de sus tonterías. Deseaba volver a verle una vez más.

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