The Game

Mariposa.

Aguanto lo más posible, pero no pudo evitar retorcerse y apretar los dientes, cuando la navaja se abrió paso en su carne, hasta llegar al hueso en su brazo. Roy se sentía con suficiente tiempo para disfrutar del proceso y ver la sangre caer gota a gota.

- ¡Déjalo de una puta vez! –exclamó Conway en su defensa.

El Calavera se giró hacía el Superintendente, dejando atrás la navaja clavada en Volkov.

- Jacky, no seas celoso; solo quería llamar su atención –observó a Viktor-. Aún le queda mucho de que enterarse.

- ¿Qué dices? –enfrentó el mayor- ¿De que estas hablando?

- Tú sabes muy bien a que me refiero, Jacky, espero que tu chico no se enfade contigo.

Sin dar avisos o algún tipo de señal, Roy arrancó la navaja de repente, provocando un grito ahogado en Volkov.

- Serás ruso, pero hace tiempo que no andamos por un campo de batalla de verdad, ¿Eh? –rio bajito, poniéndose de pie.

El secuestrador se alejó, pasando a hablar por radio a su mafia, dejándolos solos por un momento. Y a pesar de ello, se quedaron en silencio, compartiendo de nuevo miradas particulares. Un sentimiento, que en otras circunstancias sería puro e inocente, había pintado un panorama absolutamente sangriento en sus vidas. Por primera vez, ambos se quedaron paralizados ante la situación, sin saber cómo manejarlo.

La puerta de atrás se abrió, dejando entrar a Yuu y Serjay, escoltados por un tercero con el rostro oculto. Los habían golpeado hasta cansarse y el menor de los dos, apenas era capaz de caminar por sus propios medios.

- Reunión familiar –anunció Roy, haciendo que su gente juntara a todos los policías presentes-. ¿Sabes algo, Jack? Se supone que el rubiecito estaría muerto a estas alturas –señaló a Yagashaki-. Admito que fue mi error dejar que Gustabo planeara todo, una lástima que no pueda matarlo yo, y haya tenido que hacerlo Horacio, ¿Eh?

- Ellos no tienen que pagar...

- No, ellos tienen que escuchar la historia, y Yuu tiene que morir por destino, ¿Me entiendes?

Volkov escuchó el clic del seguro de un arma ser quitado y sus alertas se encendieron. Calavera camino alrededor de los policías, como en un juego infantil. Se detuvo detrás de Yuu y apoyó el cañón sobre su cabello rubio.

- Pensandolo bien, quizás la historia no te interese. Es mejor morir, ¿No crees, Yuu? Después de todo, ¿No eras tú quien quería morir?

El joven tembló ante la amenaza, pero elevó el mentón y cerró los ojos, esperando con valentía el estallido final.

- Baja el arma, hablemos –suplicó Conway a un lado del chico-. Hay maneras de solucionar las cosas entre tú y yo; él no tiene...

- Mírale, Jacky –pidió Roy, con una calma aterradora-. Se muere de miedo, pero está dispuesto a todo; solo por esa placa de Boy Scout se cree Superman.

- Es solo un chico, no tiene ni la mitad de vivencias que nosotros, Roy, es...

- Como tú –completó el villano, quitando el arma de su lugar. Tomó el cabello del rubio e hizo que le mirara-. Se parece a ti, con esa osadía de mierda que cargas.

- Pero no es yo, Roy –insistió el Superintendente-. Es inocente.

- ¿Y qué hay de él? –señaló con su arma a Serjay-. ¿Está bien si me lo cargo también? ¿Qué tiene él de especial, Jacky? Dime.