The Game

Aún confío en ti.

Pidió un cigarrillo pero no le fue concedido el deseo. Tomó asiento del lado opuesto al que siempre ocupaba, dejando de ser quien hace las preguntas, para convertirse en el sospechoso. Las esposas molestaban, pero las hacía sonar en un ritmo conocido, su canción favorita.

Freddy había sido sacado de la celda en el mismo segundo, pero llevado lejos de él. Sabía que sería fiel a sus órdenes. Para este punto eran hermanos. Sus conductas, la forma en que hablaban, el entendimiento de simples gesto entre ellos; descartarían la técnica de "divide y vencerás" de la policía.

Podían intentar amenazarles con el futuro que le depararía a su compañero sino hablaban; pero ambos eran conscientes de que nada malo les pasaría siendo agentes del CNI.

No era la primera vez que se encontraba en esta situación, tampoco sería la última. No temía a lo que pudieran hacerle, ser prisionero de guerra era mucho peor. La razón por la que luchaba para mantener su pulso relajado sería siempre la misma.

Dicha persona ingreso a la sala, junto a Serjay y Greco. Los tres le juzgaron con tan solo una mirada. Conway se mantuvo imperturbable. Una carpeta fue abierta hacia él, para que fuera capaz de verla claramente. Contenía fotografías realizada por los forenses del reciente asesinato y la masacre anterior a esa; así como también, casos aislados de homicidios a jefes de mafias o bandas. Todas sus obras estaban retratadas bajo el flash de una cámara policial. Tenía que aceptar que no era de los que escatimaba en sangre.

Volkov se sentó en la otra silla, frente a él. Casi sintió que caía sobre el asiento, como abatido. Estaba seguro de que por su cabeza pasanban miles de reproches, pero solo dijo:

- ¿Por qué?

De verdad que no importaba si contaba toda su puta vida allí mismo, las grabaciones desaparecerían en cuestión de horas. Pero tenía órdenes de guardar silencio, porque el CNI no aceptaba errores, y si alguna de esas tres personas descifraba una letra que saliera de su boca, estaría muerto mañana. Era una forma de protegerles también, así que calló.

- Más de 20 personas murieron, culpables o inocentes es igual –habló Greco, harto de su silencio-. Muchos ni siquiera sabían que estaba pasando, solo disparaste en su cabeza. Pero eso fue lo más suave, ¿No? –recriminó hacía Conway, apoyando sus manos en la mesa-. Giraste sus cuellos de manera imposible, o directamente cortaste sus gargantas para que murieran ahogados en su propia sangre. ¿Cómo... puedes hacer todo eso sin que te tiemble el pulso?

Jack guardó silencio, aunque su mente repetía "fui entrenado para cosas mucho peores, solo vieron mi lado suave".

- Conway –llamó Volkov; enseguida conecto con el celeste de sus ojos-, usted mejor que nadie sabe cuál es el protocolo en estos casos. Si no nos da nombres, tendrá que asumir toda culpa junto a su compañero.

- Necesito hablar solo contigo –fueron sus únicas palabras.

Viktor volteó hacía los presentes. Ellos asintieron, y se marcharon a duras penas de la sala.

- ¿Confías en mí? –interrogó Jack, inclinándose hacía él.

- Conway, acaba de asesinar a...

- ¿Confías en mí? Olvida el razonamiento lógico, dime que sientes –insistió con más entusiasmo.

Los ojos del comisario no sabían hacia donde huir, parecía tan confundido. Lo necesitaba más centrado que nunca, pero comprendía que era él quien le había implicado en esto.

- Está cubierto de sangre –hizo un ademan hacia el mayor-, y aún pienso que es inocente.

Su voz sonó rota, cansada. Probablemente no descansaría por días, dando vueltas a la misma escena en su cabeza. Jamás estuvo en las intenciones de Conway involucrarlo, pero las cosas salen mal. Volkov aún tenía su corazón con él, para bien o para mal, no podía evitarlo; y Conway tampoco evitaría protegerlo.

Se puso de pie de su lugar, y aun con sus manos bien justas con esposas, se acercó al comisario que copio sus movimientos.

- No importa que pase ahora, confía en mí. Por mi dios que nada malo va a pasarte, ¿Si? No te preocupes por nada, yo lo arreglaré todo.

- ¿Qué está pasando, Jack? –su angustiada voz rogaba una respuesta.

- Lo de siempre, estas en problemas por mi culpa –sonrió amargamente.

El aviso de un robo a un banco en el norte llegó a Volkov. Ambos podían escuchar por radio como Greco ordenaba la malla para el procedimiento, preparándose para irse de allí.

- Está comenzando –dijo Conway.

- ¿Estarán bien?

- Eso espero –admitió-. Dudo mucho que se deshagan de una malla entera.

Todo parecía ir con normalidad, hasta que un agente pidió hablar rápido con H50. El joven pertenecía al área de informática, y dijo que un alto cargo deseaba hablar con ellos por videollamada en privado. Fue bastante insistente en el hecho de que debían ir Greco Rodríguez y Viktor Volkov. Tenían a Serjay para delegar el operativo para el robo al banco; por lo que Rodriguez cedió.

El ruso volteó hacía el Superintendente, en busca de ordenes como siempre. Esto tenía que ver con lo sucedido, era un hecho. Conway asintió, no había forma de resistirse a lo inevitable.

Vio desaparecer a su fiel comisario y conocía su destino. La comisaria quedo en absoluto silencio, siendo dos detenidos, dos comisarios en una sala de reuniones y toda la malla rodeando un banco.

Jack volvió a su silla y espero. La luz fue lo primero en fallar, dando sus últimos destellos de vida hasta fundirse por completo. Las botas militares se abrieron paso a la distancia y se acercaban con presura. No veía nada, pero escucho la puerta frente a él abrirse con lentitud.

- Lamentamos el retraso, agente Conway.

Solo rogaba que Volkov siguiese vivo.