Capítulo 17: Frustación

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Quisiera decir que soy capaz de poner en palabras todo lo que siento en el momento en que lo veo, pero no puedo

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Quisiera decir que soy capaz de poner en palabras todo lo que siento en el momento en que lo veo, pero no puedo. Es tan... desbordante lo que siento, que por primera vez me quedo pasmada y eso me enoja más. Debí matarlo en el primer segundo. A mi mente, llega una imagen mía que ya no se reconocer. Me recuerdo a mí misma con miedo, con mucho miedo y dolor. Me recuerdo rogándole. Me recuerdo pidiéndolo que no me convirtiera. Me recuerdo frágil, inocente. Me recuerdo de una manera que me es imposible no sentir lastima por mí misma. Me recuerdo de una manera que mi corazón arde, porque sé que esa ya no volverá. Nunca jamás volveré a ser esa que se veía en una vida dedicada al servicio, llena de fe, de esperanza, de armonía y felicidad.

Me lo quitaron, reconozco al fin viéndolo. Me lo quitaron todo. Se esforzaron tanto por borrar cada pedazo de esa mujer dejando esto que soy ahora. Pero lo pagaran. No tienen otra opción, yo no se las daré. No se la merecen. No moriré sin antes hacerles pagar todo lo que me hicieron.

Mía. Dice la bestia mientras se acercaba rápidamente a mí.

Que iluso. Que estúpido. Que ignorante. Es lo único que se le ocurre hacer apenas me ve. Piensa que puede venir a reclamarme como suya como si nada. ¿En serio es tan imbécil? Viene hacia mi tan tranquilo, tan campante, como si lo que me hizo tuviera algún tipo de perdón. Claramente esta bestia no cuenta con que yo no me voy a aquedar quita, por eso no puede predecir lo que sucede apenas y está lo suficientemente cerca de mí.

Ni me lo pienso, me sale totalmente natural. Mi brazo se mueve solo y termino dándole un derechazo que lo envía a volar unos cuantos metros, en medio de un sonido sordo que deja a todos en silencio. El golpe fue soberano y soberbio, colmado de rabia acumulada y de un odio tan puro que estoy segura que todos los aquí presentes pueden sentir, porque me sale desde dentro. Desde lo más profundo de mi ser surgen todos eso sentimientos que se filtran hasta por mis poros. Sé que todos lo ven, todos lo sienten.

Hiervo por dentro mientras pienso en que tan enfermiza puede ser la estupidez. Es tan ilógico el como un ser puede actuar de una forma tan descarada, a sabiendas del gran daño irremediable que ha causado. Aun no entiendo como tiene la desfachatez de llamarme suya cuando en realidad nunca le he pertenecido ni ha hecho algo para ser digno de mi amor y lealtad. Y todavía se me acerca seguro como si quisiera tocarme. ¿Qué pretendía? ¿Abrázame? ¿Hacer como si nunca hubiera matado a mi gente, a mi familia para luego traerme hasta el maldito mundo a sufrir un infierno entero que me rompió por completo? ¡¿Cómo putas se atreve?! Maldita sea, veo todo rojo y aun así sigo aquí quieta cuando debería estar despellejándolo vivo. ¡Debería tener mi mano enterrada en su pecho machacando su negro corazón como él ha estado machacando el mío todo este tiempo! Yo... Yo debería estar enseñándole todas las técnicas de tortura que él implemento conmigo para que siento, maldita sea, para sea consiente de todo lo que he sufrió.

Él se levanta confundido mientras se traga el gran dolor que debe estar expandiéndose por su asqueroso rostro, pero no me es suficiente. Sus ojos me penetran duramente y noto como la sorpresa permea en ellos, quienes brillantes me examinan buscando indicios. Los demás seres nos observaban curiosos y expectantes de la situación que estamos montando ante ellos. Nix es la única que sonríe complacida, sabiendo lo mucho que yo he esperado este momento. Sabiendo las veces que le conté como lo haría.

La venganza de la luna (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora