Capítulo 21: Recuerdos del ayer.

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POV ATHAN

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POV ATHAN.

Llego a mi manda con mis principales guerreros detrás fundidos en un efímero silencio roto por nuestro andar, este silencio delata nuestra confusión por lo ocurrido en la manada de mi mate. Este día ha sido muy raro, pasaron muchas cosas en tan solo unas cuantas horas. Pero en medio de todo eso, las últimas palabras de Calipso resuenan una y otra vez en mi mente. ¿Realmente lo haría? ¿Será capaz de matarme? No, no lo creo. Los lazos entre mates no funcionan así. Nuestros destinados son el mejor regalo que nos da la diosa, por eso el lazo que nos une es tan fuerte, tan dependiente, es nuestra esperanza de vida.

Y lo sé. Realmente sé que yo soy un claro ejemplo de que quizás el lazo no sea tan fuerte como parece en un principio, pero yo no esperaba que ella muriera, solo estaba enojado, quería hacerle pagar por ser una omega, aunque eso suene estúpido. Yo la mandé a buscar un par de días después, creí que su loba la mantendría a salvo, pero no había rastro de ella, simplemente desapareció sin dejar rastro. Además, yo ya había declarado algo, y la palabra de un alfa es inmutable, tenía que intentar tomar como luna a la loba más fuerte de la manada, pero el concejo no me dejo, y aunque jamás lo he dicho, dentro de mí siempre me sentí aliviado. Sin contar de que mi lobo probablemente la hubiera matado.

El caso es que no creo que sea capaz de cumplir sus palabras, ella no puede hacerlo. Está dormido y no sé ni cómo, pero el vínculo sigue ahí. La marca en su cuello lo confirma. Ella no es como yo. Ella no tenía expectativas altas, yo sí y solo la luna sabe lo decepcionado que sentí cuando descubrí que era una omega. La emoción y la felicidad que sentí los días previos de la transformación parecieron mágicos, pero todo se vino abajo. Mis expectativas, mis sueños todo quedo pisoteado cuando su olor dulce salió y cuando su mirada opaca en un tenue color azul se alzó.

Debe ser una máscara, no creo que toda la pureza con la que llego a Dexari desapareciera, yo de verdad no puedo creer que toda esa... humanidad haya desaparecido. Ella tiene un corazón puro y de eso me apego fielmente para no creer que sea capaz de matarme, aunque claro, que no la crea capaz de matarme no significa que no sea capaz de atacarme. Después de todo, debajo de esa máscara también hay mucha rabia, por eso debo tratar de menguar ese sentimiento, quizás así se ponga en mi lugar y entienda mis razones.

— Vayan a sus casas y descansen. — Ordeno sin detenerme.

Cuando llego a mi casa me transformo y entro sintiendo mi cabeza pesada de tanto darle vueltas al asunto. Ya es de madrugada por lo que mis sirvientes están durmiendo, así que sin interrupciones llego a mi habitación encontrando a Talix en mi cama desnuda. Sus ojos me ven con admiración y anhelo, y no sé porque la cara de Calipso me llega de lleno, recordándome que ya tome una decisión, y en ella, Talix no será mi luna a pesar de que fue mi palabra en el pasado. Pero mi verdadera luna ha vuelto, y esta vez, me niego a perderla.

No se lo he dicho todavía a Talix, pero los rumores crecen y sus ojos inseguros me hacen saber que ya lo sabe. ¿Entonces que hace acá? ¿Qué pretende? El sexo no arreglará nada, y eso lo sé bien, porque todo este tiempo intente llenar el vacío que dejo mi luna con sexo. La tuve a ella y a otras muchas lobas de mi manada y ninguna lleno ese maldito vacío que me hacía gritar en las madrugadas. Hoy lo entiendo, no se puede cambiar el destino. No somos lo suficientemente dignos para hacer tal cosa en contra de los designios de nuestra diosa.

La venganza de la luna (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora